El Nuevo Diario - page 8

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CON TU VIDA
Escribe:
Juan Carlos Bataller
GUSTAVO TOLEDANO
— Gustavo Toledano ¡Cuantas cosas
estás haciendo hoy! Y veo que mante-
nes la imagen, la esencia del pibe de
barrio.
— Es fácil porque no sé ser de otra ma-
nera, o sea soy esto.
— Muchos se hubieran perdido en ese
camino de éxito profesional.
— Soy esto. Será porque sigo viviendo a
una cuadra y media de donde nací, de la
casa de mis padres, pero bueno por ahí
me pongo a pensar y si, son muchas
cosas.
— ¿Sos de Villa Krause?
— Soy de Villa Krause, vivo a 150
metros de la plaza.
— ¿Cómo ha sido la infancia de un
chico en Villa Krause?
— Con sueños, con querer tener cosas
que por ahí no se podían tener pero con
felicidad
— ¿Mucho fútbol?
— Mucho futbol en la esquina, y bajo
la luz. Había que terminar los deberes...
Una vez que los deberes estaban termi-
nados s tipo 19.30—20 íbamos apare-
ciendo para jugar unos rebotes bajo la
luz de la esquina, sin pavimento, ha-
ciendo unos arquitos.
— ¿A qué se dedicaba tu papá?
— Mi papá era chofer, tenía camiones.
Tenía uno, mucho esfuerzo, mucho
tiempo trabajando en Buenos Aires. Era
mecánico y con lo que le pagaban com-
pró un camión desarmado en Buenos
Aires y lo fue armando. Cuando lo ter-
mino se vino con el camión de Buenos
Aires y hacia fletes acá. Compro otro y
otro. Tenía tres camioncitos de los fletes,
de los que van traen arena, ripio, eso
hacía.
— Era justo la etapa de la recons-
trucción, había mucho trabajo en
obras públicas
— Claro y también tenía un un camion-
cito contratado en Hidraulica y así se
iba moviendo. A veces tenía chofe-
res, había tiempos buenos, a veces
se complicaba, Y bueno...
— Eran los años en los que la
clase media era mayoritaria. Con
la escuela pública que nos unía
a todos, el trabajo del papá, la
mamá muchas veces en la
casa.
— Casi siempre era así. En mi caso
mi mamá era ama de casa tratando de
administrar la plata que traía mi viejo y
por ahí llegar a una gaseosa... Costaba.
Por ahí la tomábamos un sábado en
algún lugar pero en la casa durante la
semana, no estaba.
— ¿Y tus sueños incluían, por ejem-
plo, ser jugador de futbol?
— Los sueños si pero también estaban
ganas de estudiar, de progresar. Fui en
la escuela bastante ordenadito, diga-
mos. Era buen alumno.
— ¿Donde hiciste la primaria?
—En la escuela Mercedes San
Martin de Balcarce, ahí a cuatro
cuadras de mi casa. Era ordenado
pero muy curioso y por ahí me
mandaba alguna. No me gustaba la
leche que me daban. Antes nos
daban la leche y el pan en la tarde y
como yo había almorzado y no me
gustaba la leche, entonces qué hici-
mos con otros vándalos de ese
momento —creo que cursábamos
tercer grado— tiramos la leche de-
trás de un armario metálico. Pero
la leche apareció por abajo, por el
piso del aula. Al otro día mi mamá
fue a explicar qué había pasado.
— Y ¡ojo! que cuando la mamá iba
hablar con la maestra la razón la
tenía la maestra, no como ahora.
— Han cambiado las cosas. Mi esposa
es docente y han cambiado tanto las
cosas, que las docentes prefieren no lla-
mar a la madre.
— Decís que jugabas al fútbol
— Si yo empecé a jugar al futbol siempre
en escuelitas de futbol, ahí en séptima
l
Tiene 45
años y vive en
Villa Krause, a
150 metros de
la plaza.
Un muchacho
de barrio
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