El Nuevo Diario - page 6

Viernes 16 de marzo de 2018
imágenes
“Isabelonga” y el 8M
L
os restos prehistóricos nos
indican que los niños siem-
pre han jugado y para ello,
en muchos casos utilizan juguetes.
Estos objetos han cambiado nota-
blemente a lo largo del tiempo por-
que cada época y cultura interpreta
la vida adulta de manera distinta.
La revolución tecnológica de los úl-
timos cuarenta años es una de las
causas de la forma actual de los ju-
guetes, a la que se debe caracteri-
zar como ruptura con los diseños
predominantes en el siglo XX. La
versión impuesta por los juguetes
al estilo Disney y la presentación
en miniatura de artefactos ha sido
reemplazada por una imaginería
emparentada con las mangas y los
comic. Con la configuración de la
sociedad de masas, el mercado no
sólo ha alcanzado una dimensión
gigante, sino que ha diversificado
sus ofertas. Al mercado de jugue-
tes le importa la rentabilidad, pero
para alcanzarla debe interpretar las
grandes tendencias de la cultura,
los aspectos valorados (tanto como
los demonizados) y encontrar pro-
puestas capaces de saciar los mu-
dables apetitos infantiles. Se
estima que influye el deseo de po-
sesión, pero el pivote de la produc-
ción es el descubrimiento que las
necesidades se pueden crear, esti-
mular y manipular.
Los juguetes siempre han sido un
indicador de las diferencias socia-
les, en primer nivel “tener” o “no
tener” juguetes – en muchos casos
manifiesto en la mañana de Reyes
– establecía dos categorías, des-
pués aparecen los estratos de los
juegos según su precio (no es lo
mismo un tren eléctrico que un re-
volver de plástico). En tal sentido,
los juguetes no son cuestiones de
niños, sino también implican a los
muy importante recepción en varios
mercados además del país de ori-
gen del grupo económico – USA,
Inglaterra, España y América La-
tina-.
Los Ksimeritos simulan ser bebés
con todas las necesidades que
éstos requieren, como alimentarlos,
cambiarles el pañal, llevarlos al
doctor o vacunarlos (todo ello con
un costo extra). También están los
sigotos de la colección Neonatos
que deben permanecer en una in-
cubadora y son alimentados por
una sonda. Más allá de ello han de-
satado una gran polémica en las
redes sociales y las revistas espe-
cializadas. Se trata de objetos bi-
zarros – como innumerables
juguetes – pero que tienen finalida-
des imaginarias muy concretas.
Los muñecos se relacionan con el
rol materno, señalado fuertemente
por la presencia del cordón umbili-
cal. Los juegos que permiten los
innumerables accesorios naturali-
zan la idea que la máxima realiza-
ción de la mujer es la maternidad.
Una cosa es que jueguen con mu-
ñecas y si las dejan olvidadas una
semana no pasa nada, pero estos
personajes deben ser atendidos
obsesivamente. Según los diseña-
dores: “tienen como propósito
principal ofrecer entretenimiento y
diversión a los niños. Además,
contribuimos a la creación de hábi-
tos y juegos que creen una con-
ciencia de cuidado y
responsabilidad en los niños”. In-
cluso en su canal de Youtube una
enfermera les explica a las niñas
cómo están formados los Ksi-meri-
tos y cómo cuidarlos. Las activida-
des refuerzan un estereotipo
inactual de lo femenino.
Los juguetes pueden gustar o no
gustar desde el punto de vista for-
mal, porque el esquema de los
niños es poco naturalista: propor-
ciones exageradas, sin órganos
excretores, un solo diente y así su-
cesivamente. Por ejemplo, Isabe-
longa es uno de los muñecos de
PVC lila. Es descripta como una
“chamaquita” inquieta de 18, 50 cm
de alto, amiga de Machincuepa
(equivalente a nuestra “tumba car-
nera”). Cada uno tiene su perfil y
de ese modo se generan narracio-
nes. La única diferencia con los
“pimpollos” varones es la cantidad
de mechones de pelo.
Tal vez sea solamente una moda
transitoria, pero conviene pensar
que efectos tendrán en el proceso
evolutivo totalmente determinado
por la historicidad de la imagen fe-
menina.
s
6
COLUMNISTAS
Escribe
Eduardo Peñafort*
*Filósofo. Crítico de arte
adultos – quienes deciden qué se
compra y qué no -. Entre los as-
pectos importantes de los juguetes
se encuentra la formación de la
identidad personal, el descubri-
miento de habilidades, talentos y
dificultades, así como también la
ineludible opción por un género.
Estas dimensiones son importan-
tes para interpretar el éxito del
grupo de muñecos denominados
Ksi meritos, formado por los mode-
los Machincuepa, Susikin, Chiva-
tita, Isabelonga, Ansinita,
Menudititita, Guats y Kchito -
creado por la empresa mexicana
Distroller, destinados a niñas entre
6 y 12 años. El fenómeno ha arri-
bado por estas latitudes a través
de las ventas por Internet, aunque
se inició alrededor del 2012. El
éxito ha acompañado la produc-
ción, puesto que ha tenido una
Los ksi meritos son muñecos de Distroller que salieron en 2012 y en el úl-
timo año se han convertido en los favoritos de las niñas entre 6 a 12 años.
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