Juan Carlos Bataller
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Junto a su esposa Perla Moncunill y su hija Norma, viajaban en auto-
móvil a la ciudad de Córdoba donde había fallecido la esposa de un
gran amigo, el doctor Raúl Mothe.
El coche era conducido por un chofer de la gobernación quien, al pare-
cer, se durmió poco después de salir de San Luis.
El auto volcó y el gobernador –que viajaba adelante junto al conductor-
fue despedido por el parabrisas mientras que en el interior del vehículo
permanecían los demás tripulantes.
Y acá vale señalar un punto:
eran tiempos en los que el cinturón de se-
guridad no era de uso habitual ni venía con los vehículos.
Pronto se advirtió la gravedad de las heridas recibidas por Américo Gar-
cía quien daba muestras de grandes dolores.
Cuando la noticia se conoció en San Juan – a través de la radio- ya ha-
bían pasado varias horas.
En aquellos tiempos San Juan no tenía televisión y tampoco existían los
teléfonos celulares por lo que las informaciones tardaban mucho en lle-
gar.
En la provincia se sabía que el accidente había sido muy grave pero no
se tenía una idea cierta de la magnitud. Corrían, sí, rumores de que
el
gobernador era el más herido y hasta se dudaba de que volviera a ca-
minar.
Pero eran sólo versiones.
Pasaron horas antes de que el gobernador fuera trasladado e internado
en el hospital de San Luis y que vía telefonía fija se llamara a San Juan.
Ese mismo día viajaron a San Luis –adonde había sido trasladado Gar-
cía- los padres del mandatario, don Aristóbulo García y doña Argentina
Lucero, además del ministro de Gobierno, el doctor Jorge Faustino Mon-
cunill, hermano de la esposa del gobernador.
Desde Córdoba viajó el doctor Mothe, considerado una eminencia mé-
dica.
A su vez el presidente de la Nación, Arturo Frondizi, dispuso el envío
de un avión con el fin de trasladar a Buenos Aires al accidentado.
Ya en el lugar se constató que el gobernador tenía fracturas de varias
vértebras y que sufría de intensos dolores.
Mientras las autoridades de San Luis estaban de acuerdo en el traslado
a Buenos Aires, el doctor Mothe propuso aprovechar la llegada del