Juan Carlos Bataller
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Cuando Bravo conoció a Ivelise
Leopoldo Bravo conoció a quién sería su esposa, Ivelise Falcioni, en
1.958.
Ella era hija del coronel Alfredo Osvaldo Falcioni – que en los años si-
guientes al terremoto fuera jefe del RIM 22— y de Amalia Riscossa.
Ivelise había estado casada con un italiano,
Fulvio Justino Lino Di Ful-
vio,
abogado y doctor en Ciencias Políticas, con quien contrajo matri-
monio en 1.956, tras recibirse de abogada y con quien vivió un año y
medio en Italia.
Leopoldo e Ivelise se casaron por la iglesia en San Juan, en 1.970, una
vez que la Sacra Rota le notificó, el 5 de diciembre de 1.969 de la diso-
lución eclesiástica del primer matrimonio.
Los padrinos fueron Dario Poggio Rinaldi y su esposa, Hermosilla
Varela (Gringa), Martín Riveros y su esposa Matilde.
Poco después falleció Fulvio Di Fulvio y ya ella como viuda –recorde-
mos que en la Argentina no existía una ley de divorcio—, un 27 de
mayo, el matrimonio pudo casarse por el Civil. Cuando esto ocurrió ya
Bravo había sido gobernador y la pareja había tenido seis hijos:
Leo-
poldo Alfredo, Juan Domingo, Federico Jorge, Fernando Esteban,
María del Valle y Alejandro Quinto.
Todos nacieron en Buenos Aires.
Leopoldo Bravo según Ivelise
La relación con su esposa fue siempre tema de conversación en el am-
biente político.
Ivelise explica su punto de vista en un libro de su autoría editado en
2.005.
“Leopoldo era un padre frecuentemente ausente pero cariñoso y pro-
veía lo necesario para mi sustento y el de sus hijos, aunque mis gustos
personales me los daba mamá: me compraba todo lo que yo pedía, pero
eso sí: a su gusto, no al mío.
(…)
Más de una vez me sentí dejada de lado, con mis ambiciones frustradas,
mis deseos personales postergados por tiempo indefinido, y para con-
formarme me decía que estaba en la etapa de tener a los hijos, de hacer-
los crecer sanos, que después ya vería cómo encauzaba mi afán de