Juan Carlos Bataller
Pero Avelín y Acosta triunfaron ampliamente. Y en septiembre de 2002
fue destituido Avelín y Acosta asumió la jefatura del Poder Ejecutivo de
manera efectiva hasta finalizar el mandato en 2003.
La soledad del poder
Durante 20 años Acosta fue un protagonista de la política sanjuanina.
Supo de éxitos y de fracasos. Apostó siempre a la cabeza
pero aceptaba
un premio en la corrida
. Seguramente su gran anhelo fue ser electo go-
bernador.
En la última entrevista que le hiciera, en su domicilio particular, me
contó que quería escribir un libro, relatando sus experiencias.
Recordemos la fecha:
2.003.
Gioja había ganado la elección y faltaban
pocos días para que se transmitiera el mando.
—¿Y en ese libro que piensa escribir, va a decir toda la verdad?
—Toda la que sea útil.
—Usted llegó al gobierno sin apoyo de su partido, electo vicegober-
nador por una alianza que en los hechos ya no existía, con un partido
acéfalo porque Bravo estaba muy enfermo… ¿Se sintió sólo?
—La soledad del poder existe, como existe la soledad de la vida. ¿Quién
no se sintió solo en un momento de la vida? También ocurre en el poder.
Lo que ocurre es que la soledad del poder se siente con mayor intensi-
dad porque el que tiene el ejercicio del poder cree que es fuerte, entonces
no concibe que hay un momento en que esté solo.
—¿Cuál es el momento en el que se está más solo?
—En la derrota se está más solo. Ahí se ve si el político tiene temple.
Pero le diría que también me sentí muy sólo el día que asumí la gober-
nación. Me senté, no en el sillón, que sólo ocupé cuando fui confirmado
en el cargo sino al lado del busto de Sarmiento. Y recibí el primer in-
forme. Teníamos una deuda flotante enorme, un desorden descomunal,
una provincia incendiada y sólo 10 mil pesos en caja.
—Usted me dijo alguna vez que un gobernador llega, tiene su poder,
el poder que le da la Constitución, y tiene que manejarse con otros
poderes. Wbaldino, ¿cuáles son los poderes fuertes, estables, en esta
provincia?
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