Juan Carlos Bataller
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llegó a conformar estructuras políticas internas ni tuvo seguidores per-
sonales.
En concreto, fue un político sin votos propios, aunque ser dirigente de
un partido grande le posibilitó un accionar político con grandes posibi-
liades.
Se afilió al bloquismo en 1971 pero no fue hasta 10 años después que
comenzó a ir al partido llevado por Domingo Javier Rodríguez Castro.
Hasta ese momento ocupó cargos en otros sectores de la sociedad san-
juanina.
Fue presidente del Colegio de Abogados en 1972, vicepresidente del
Foro de Abogados en 1977 e incluso presidente de la Federación San-
juanina de Box en 1978. Ese mismo año fue designado jefe de Asuntos
Legales de la Municipalidad de la Capital y al año siguiente fue elegido
presidente del Foro de Abogados.
Recién en 1981 Wbaldino comienza a actuar en política cuando fue nom-
brado ministro de Gobierno por Rodriguez Castro.
Con la llegada de la democracia y tras el triunfo bloquista, Leopoldo
Bravo lo designa jefe de Policía. Al mismo tiempo asume como vicepre-
sidente segundo de su partido.
En 1985 fue electo convencional constituyente participando como tal de
la reforma constitucional de 1.986.
Poco después, Jorge Raúl Ruiz Aguilar lo designa ministro de Gobierno.
Y es en este momento en el que aparece realmente el Acosta político.
Nuestro primer encuentro
El Nuevo Diario fue creado en esos años.
Fue en esos días que tuve mi primer contacto formal con Wbaldino.
Hasta ese momento nos habíamos cruzado en algún café y yo conocía
de su existencia a través de comentarios de amigos comunes.
—¿Quién es este Acosta, tan formal, siempre de traje?—,
pregunté a
uno de esos amigos.
—Ojo con él. Va a llegar lejos en política. Wbaldino es ambicioso y
juega fuerte…—,
fue la respuesta.
Y realmente, como ministro de Gobierno de Ruiz Aguilar, lo demostró.
La primera vez que hablamos largo fue en la parrilla Las Cubas, hoy
Los Toneles.