El Nuevo Diario - page 14

cada cinco ha sido abusada y un pibe de
cada trece ha sido abusado, saquen las
conclusiones. Todo este revuelo sobre
(Emilia) Claudeville por el acoso, esta-
mos hablando de temas periféricos pero
ligados. “¿Por qué dejó pasar tanto
tiempo? “, es pregunta tramposa. Esta-
mos poniendo el acento en la víctima,
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Viernes 16 de febrero de 2018
simbólica: la enfermera con el índice de-
recho haciendo shh en el hospital. El si-
lencio es bueno en un hospital, ahí es
salud pero el silencio en una sociedad es
enfermedad. De esto sí se habla, de esto
sí se habla todos los días. Hay temas ur-
gentes, pero estos temas son importan-
tes y hay que hablarlos. Una chica de
EL DURO RELATO DE LA ESCRITORA ALEJANDRA ARAYA
porque se encuentra absolutamente sor-
prendida, no sólo por la impunidad, la
agresión y la violencia del abusador,
sino de su situación de poder, porque
son relaciones asimétricas. Entonces me
parece muy bueno que en esta sociedad
sanjuanina, que yo siempre he caracteri-
zado como Mameco (machista, medieval
y conservadora), se empiecen a hablar
estos temas. El discurso machista no es
un sentimiento y actitudes que tienen los
varones nada más, es un flagelo que
hay que combatir porque esta íntima-
mente ligado a por qué estoy yo acá
sentada.
—No solo es una cuestión de ma-
chismo, una cuestión de delito y mu-
chas veces dicen pero ella quiso, una
chica que tiene 12 años no puede que-
rer y es considerado por ley violación
haya consentido o no.
— Por eso estamos ante un cambio de
paradigma, basta de relativizarlos, basta
de estos discursos, el cambio viene. Es
hora de que ya de una vez por todas nos
empoderemos y demos vuelta esta situa-
ción altamente desigual, altamente in-
justa.
—Has podido hablar con tus padres
del tema
— Si, después de mucho tiempo. Lo que
pasó, pasó así dice la canción. Uno
puede darse cuenta que uno lo puede
superar cuando con su prole, con sus
hijos, toma recaudos antes.
—Cómo se puede superar, eso es vá-
lido también porque hay muchas mu-
jeres que llegan a los 80 años y no lo
han superado.
—Hay muchos caminos pedir ayuda. Es
un acto de amor hacia uno mismo, te
imaginas si el “golpe” —lo vamos a sim-
bolizar de esa manera — viene de un fa-
miliar que te tiene que proteger, lo
primero que se descalabra es tu sistema
inmunológico. El vitíligo que tengo en mis
manos y en un pecho, son manchas a
las que le doy muchos besitos todas las
mañanas, es una enfermedad autoin-
mune. Saber quién es tu enemigo tam-
bién te da mucha información para poder
superar esta situación, con terapia, sí por
supuesto.
—Esta persona la has visto luego.
¿Nunca lo enfrentaste?
— Murió, ya está.
— Si el abusador supiera el daño que
produce, a veces es total ¿te hubiera
gustado darle un mensaje?
— Y poco creo que se dé cuenta porque
el abusador es un psicópata perverso. El
trabajo no es con él sino conmigo misma.
Esas personas no tienen recuperación.
El psicópata en Inglaterra no tiene recu-
peración, es un delito; el psicópata con-
funde, divide y usa a través de la culpa,
la lástima y el miedo, entonces es mani-
pulador total.
—¿Qué les dijiste a quienes se comu-
nicaron con vos?
— Que busquen ayuda profesional, que
hablen del tema, siempre hay un amigo,
siempre hay un vecino, siempre hay un
profesor, siempre hay alguien con quien
tenés más confianza y podés expresar
esto y buscar ayuda profesional eso es
indudable. Busca ayuda no te quedes
callado, el silencio no le hace bien a
nadie ni a vos ni al resto.
E
ste año, la escritora Alejandra
Araya cumple 50 años y por ello, a
través de las redes sociales co-
menzó a compartir 50 aprendizajes a lo
largo de su vida. Entre los ítems, apare-
cen tres que cuentan que de niña fue
abusada y explica que de eso sí se debe
hablar.
En una semana en la que se conoció a
través del Centro de Abordaje Integral
de Niños, Niñas y Adolescentes Víctimas
(ANIVI) el incremento en los casos de
abusos, Alejandra fue invitada a hablar
del tema en el programa La Ventada,
conducido por Juan Carlos Bataller
Plana.
—Alejandra Araya es escritora y siem-
pre ha hablado las cosas como ha cre-
ído que tiene que hablarlas; es decir
no le importa si le gusta o no a la
gente, no piensa si lo que dice puede
enojar a alguien, si hay que decirlo, lo
dice.
—No me interesa generar empatía, sino
simplemente decir lo que tengo que decir
en el momento que lo tengo que decir.
—Este año cumple 50 años y empezó
publicar “50 aprendizajes”, dentro de
los que hay tres aprendizajes que im-
pactaron, pero antes de preguntar es
referible que lo cuentes.
— Cortito y bien contundente: fui abu-
sada cuando tenía 5 años, en un carneo,
por un tío de mi papá. Él era el que pe-
gaba la puñalada, el que mataba al ani-
mal.
Hay un cuento en el libro “Miradas” que
se llama “Carneo”, ahí lo pueden leer.
Creí que era el momento justo y apro-
piado para contarlo, con una espalda lo-
grada y con un cuero duro, porque
decírmelo a mí misma era también blan-
quear una situación que por muchos
años, dañó. Ya lo tengo trabajado y fue
una decisión contar esos tres aprendiza-
jes que tenían que ver con el abuso in-
fantil del que fui víctima. La diferencia
entre victimizarse y ser víctima es que
ser víctima es necesitar ayuda para su-
perarlo y victimizarte es regodearte en
ese problema sin poder lograr una aper-
tura. Desde que lo publiqué en las redes
fueron muchos los mensajes privados
que me decían “yo también fui abusado y
nunca lo dije”.
—En la mayoría de los casos los abu-
sadores están en el círculo íntimo de
la víctima
— Según las cifras oficiales en argen-
tina.gob.ar, el 53% de los abusos infanti-
les es en el hogar de la víctima, el 47%
de niños de 6 a 12 años, el 75% es un
familiar, y el 89% los abusadores son va-
rones de entre 18 a 40 años. ¿Quién de-
nuncia? En un 63%, un familiar. Hay una
línea, 0800—222—1717, porque de
pronto este testimonio sirve para poder
movilizar a alguien que está del otro lado
y en buena hora. Hay que tener en
cuenta que tenía 5 años. Has necesitado
muchos años, te has cultivado, sos lec-
tora de muchos temas, has podido asimi-
larlo y quizás le has podido dar una
explicación o no a vos como persona, no
al hecho porque el hecho es aberrante.
No importa lo que pasó, que se entienda
que es una persona con 5 años, un niño
con 5 años y hasta donde quizás tiene
miedo de decírselo a la persona cercana.
—Por los datos que estás dando son
urgentes también.
—En Facebook puse una imagen muy
“Fui abusada a los 5 años”
En una semana en la que se conoció el
aumento de los casos de abuso en San Juan,
la escritora y profesora de Letras contó en el
programa La Ventana, cómo logró superar el
abuso que sufrió por parte de un
tío cuando tenía 5 años.
Creí que era el momento justo y
apropiado para contarlo, con
una espalda lograda y con un cuero
duro, porque decírmelo a mí misma
era blanquear una situación que
por años, dañó.
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