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“Ovalado rostro moreno,
grandes ojos negros, lar-
gas pestañas, mirada
profunda llena de
lejanías, sonrisa triste”
(Carmen Peñaloza de Varese).
Según un dibujo
de Santiago Paredes.
Algunas
comidas de
esos tiempos
Api
Se lava el maíz blanco majado, y se deja
en remojo con bastante agua durante la
noche. Se pone a cocinar en la misma
agua del remojo, revolviendo a menudo
con palo de madera. Se le agrega un
poco de azúcar cuando comienza a her-
vir. Cuando está blando se saca del
fuego y se deja reposar.
Se sirve frío o caliente, con arrope de
uva, de chañar o miel.
Locro de Chuchoca
(chuchoca son los granos de choclo)
Poner en el horno una veintena de cho-
clos en chalas o pelados. Cuando están
tostados y asados sacar y dejarlos repo-
sar dos días, dándolos vuelta para que
se sequen parejos.
Desgranar los choclos y reservar los gra-
nos. Los más duros se majan (majar es
molerlos en un mortero).
Dejar en remojo un kilo de granos maja-
dos con cuarto kilo de porotos durante
toda la noche.
Hacer hervir carne, panceta, cueritos de
chancho con el choclo y los porotos. Co-
cinar todo hasta que todo esté tierno; si
hace falta agregar sal.
Receta de Doña Susana
Mallea de la Gran China Jáchal.
Al poco tiempo de la colonización la
transculturación debió advertirse en
varios aspectos de la vida cotidiana.
Algunas preparaciones de comidas
de los nativos permanecieron en el
tiempo resguardados por las cos-
tumbres y la tradición; en otros pre-
parados se advierte la mezcla de
ingredientes autóctonos y otros de
la usanza española.