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El dios de la Cordillera
Los huarpes creían en una deidad central bené-
fica, el
Hunuc Huar
, que vivía en la Cordillera.
Le hacían ofrendas, especialmente de alimen-
tos, con el propósito de solicitarle dones de vida
y salud, sobre todo al realizar el cruce de la cor-
dillera.
A Hunuc Huar se agregaban otros espíritus re-
presentados por fenómenos naturales como el
sol, la luna, el lucero, los cerros, los ríos, el rayo,
todos directamente relacionados con su medio
ambiente y su forma de subsistencia.
También habrían creído en un espíritu maléfico,
Hualichu.
Los huarpes creían en augurios obtenidos a tra-
vés de la interpretación de los sueños y del
canto de las aves.
Contabilizaban el tiempo a través de los meses
lunares.
Danzas al son
de la percusión
Al parecer los huarpes no solían cantar. Sus
expresiones artísticas estaban limitadas a
danzar al compás de golpes sobre un instru-
mento de percusión. Este era el único instru-
mento musical que ha quedado documentado.
CREENCIAS Y COSTUMBRES
Hechiceros
Los huarpes contaban con la figura de un hechicero (
xapmana
o
nurum
), encargado de curar enfermedades con procedimientos
mágicos.
Otra tarea del hechicero era hacer llover cuando escaseaban las
precipitaciones, necesarias no para la agricultura sino para el
desarrollo de las pasturas naturales con que se alimentaban los
animales domésticos y los salvajes que cazaban. Para ello el he-
chicero debía establecer contacto con un espíritu, alguna especie
de dios de las lluvias o de las fuerzas naturales.
CÓMO VIVÍAN
Grupos
de viviendas
l
Dentro de cada territorio los
huarpes se agrupaban en pequeños
caseríos de unas cinco o siete vi-
viendas. Los caseríos, en los que vi-
vían hasta 30 personas, estaban
separados unos de otros por más
de 20 kilómetros.
l
Las viviendas consistían en ha-
bitaciones construidas con ramas,
cañas de carrizo y paja, posible-
mente atados en haces formando
esteras. Quizás estuvieran cubier-
tas de barro para impermeabilizarlas.
Cada vivienda albergaba a una familia, de
entre cuatro y seis miembros.
l
Los enseres domésticos de uso coti-
diano eran recipientes de mate y de ceste-
ría, mantos de piel de animal, adornos de
plumas, punzones. No hay referencia a fa-
bricación de cerámica, pero es muy posi-
ble que la tuvieran.
IDIOMAS
Huarpe allentiac
El idioma que hablaban recibía también
el nombre de “huarpe”. Contenía dos
dialectos: millcayac y allentiac. El pri-
mero se extendía por los valles mendo-
cinos, mientras el allentiac se hablaba
en la zona sanjuanina.
DATO DE INTERES
El Padre Pedro Luis
Valdivia en su libro
“Confesionario”
reco-
gió numerosos voca-
blos de la lengua
allentiac.
Algunos son :
l
Aellal
(oro)
l
Aguar
(mar)
l
Cucha
(cama)
l
Huayanen
(nadar)
l
Pulú
(pie)
Ilustración Rosarivo