Flora
sanjuanina
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L
a vegetación natural de la provincia de San Juan pertenece a la
formación fitogeográfica del monte, en el oriente, y del desierto
andino, en el occidente. Presenta en su mayoría una estepa ar-
bustiva de alta adaptación a condiciones de sequedad extrema y de de-
fensa contra el fío y el viento. Las especies se extienden en su hábitat en
su menor proporción y densidad que en otros lugares, buscan la forma
achaparrada que es eficaz ante la acción del viento y evitan la prolifera-
ción de hojas convirtiéndolas en espinas.
Todo por sobrevivir
Para combatir la deshidratación, las raíces se implantan profundamente
y se arraigan a la roca, para captar hasta la última gota de agua que es
efecto del rocío. De esta manera logran almacenar el preciado líquido en
sus tallos y en sus hojas.
Las condiciones que impone la altura se advierten en el profundo cambio
que se observa a medida que se asciende. Por ejemplo, en pleno ámbito
cordillerano poco a poco desaparecen los algarrobos, retamos y jarillas,
pero prosperan otras especies como los pastos duros agrupados en
champas, el acerillo blanco y el cuerno de cabra.
La especie mejor adaptada a los llanos de altura es el coirón o pasto
puna, que es la base de la dieta de los herbívoros superiores como los
guanacos y las vicuñas.
La sierra de Valle Fértil presenta montes de horcoquebracho junto a
otros árboles como el molle, el quebracho blanco y el algarrobo. Esta ve-
getación cubre las quebradas de los ríos Astica, La Mesada, Las Tuma-
nas, del Valle y Usno
El papel del hombre
en el ecosistema
San Juan es una zona desértica y en este ámbito existe un delicado
equilibrio en el cual el hombre juega un papel muy importante. Si el hom-
bre actúa cuidadosamente puede evitar defasajes en el ecosistema na-
tural. Pero cuando hacemos uso de sus elementos sin pensar en el
reestablecimiento ocasionamos desequilibrios que conducen, en el caso
de San Juan, a un avance del desierto. Las causas de este desequilibrio
dependen por lo general del uso del suelo: deforestación, tala indiscrimi-
nada, agotamiento de la tierra debido a la agricultura y ganadería exten-
siva, incendios, etcétera
Son tres las zonas sanjuaninas en las cuales se manifiesta con claridad
el desierto: los altos valles cordilleranos, donde había gramíneas y ar-
bustos desaparecidos por el pastoreo estival; la depresión de la travesía,
donde existían bosques de algarrobo que fueron talados y el gran bajo
oriental, en el que abundaban quebrachos blancos y algarrobos elimina-
dos por la tala y el pastoreo
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