GOBERNADORES DEL SIGLO XIX EN SAN JUAN
Los próceres en carne viva
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un segundo diputado y es así como el 12 de setiembre se elige a Laprida
quién impugnó su propia elección por no haberse convocado a los cuar-
teles de la campaña, lo que no prosperó en virtud de la urgencia por en-
viar los delegados.
El Fraile Justo fue el primero en llegar a Tucumán y Laprida uno de los
últimos. El Congreso se inauguró el 24 de marzo de 1.816 y cumplió una
labor vasta. Casi por unanimidad eligió a Juan Martín de Pueyrredón
director supremo de las Provincias Unidas, aprobó un reglamento de
trabajo y fue ámbito de discusiones que no vienen al caso en esta nota.
Así se llegó al día 9 de julio en el que un sanjuanino estaba al frente de
las deliberaciones
en virtud que la presidencia era rotativa.
Y fue La-
prida quien tuvo el alto honor de preguntar a los asambleístas
: “¡Que-
reis que las provincias de la unión sean una nación libre e
independiente de los reyes de España y su metrópoli?”.
Tras la res-
puesta afirmativa se labró el
“Acta de la Emancipación”.
Oro y Laprida no vieron el final del Congreso, disuelto después de la
batalla de Cepeda (1 de febrero de 1.820) pues a comienzos de 1.817 re-
gresaron a San Juan.
Y después… ¿qué?
Con el Congreso de Tucumán pareciera que termina la vida pública de
Laprida.
Si esto fuera así todo se sintetizaría a una participación como congresal
por ser uno de los pocos hombres ilustrados que tenía en esa época la
provincia, la presidencia del Congreso por una cuestión de oportunidad,
ya que esta era rotativa, y el fin de una vida.
Para los sanjuaninos
Laprida pasó a ser un nombre, una plaza, una
calle, una estatua.
No obstante que le tocó en suerte presidir el Congreso, siempre se pri-
vilegió la actuación de Fray Justo, quizás porque este contaba con la per-
severancia informativa de la Iglesia y sus historiadores.
Una prueba de esta afirmación la constituyen precisamente las estatuas
de los próceres.
La primera iniciativa de erigir estatuas que perpetuaran la memoria de
los hombres ilustres de San Juan fue de Domingo Faustino Sarmiento.