Juan Carlos Bataller
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independiente, la cuerda se tensa al máximo y cuando ya estaba deci-
dida la intervención, Agustín Gómez llega a un acuerdo con el presi-
dente Roca: a cambio de que no envíe una intervención se acepta que
Carlos Doncel fuera el próximo gobernador.
Roca pensaba que Doncel sería mucho más manejable que Gil. Pero esta
postulación divide a los sanjuaninos. Integrantes del grupo de los Re-
generadores se sienten desplazados y comienzan a conspirar con secto-
res de la oposición, apoyados por el diario La Unión, dando origen a un
clima de revuelta.
Los dos hombres vestidos de traje pese al calor del verano sanjuanino,
venían caminando hacia el centro de la plaza mayor de San Juan,
Uno de ellos, cojeaba notoriamente y se apoyaba en su bastón a cada
paso.
Se llamaba Carlos Doncel y tres meses más tarde debía asumir la gober-
nación de San Juan.
—Allá está el coronel
— dijo su acompañante, Vicente Mallea, seña-
lando hacia la fuente de la plaza, que estaba en proceso de remodela-
ción.
Mallea también debía asumir el siguiente 12 de mayo pues había sido
electo vicegobernador.
El coronel era Agustín Gómez, senador nacional y ex gobernador de San
Juan. A pesar de que aun no cumplía 40 años, las pronunciadas entradas
de su cabellera y la barba que comenzaba a blanquearse, le daban un
aspecto mayor.
Eran poco más de las ocho y media de la noche y el sol ya había des-
aparecido.
Los tres hombres estuvieron algunos minutos conversando frente al edi-
ficio de la Casa de Gobierno y luego, lentamente comenzaron a desan-
dar el camino. Cruzaron la plaza y llegaron a la esquina de Mitre y
Mendoza.
Ya estaba oscuro.
Los hombres tomaron por calle Mendoza hacia el sur.
A mitad de cuadra, entre Santa Fe y Mitre, estaba la casa de Mallea. Una
vivienda construida con adobe, alta, con varias habitaciones que rema-
taba en un fondo con parrales..