Los habitantes
del lugar
La fauna mayor de Los Morrillos
está representada por el Gua-
naco y el Suri Cordillerano, co-
nocido en la región por "Churi",
una especie típica de ñandú,
considerado a nivel internacional
una especie amenazada. Otros
habitantes son el Zorro Colo-
rado y el Zorro Gris Chico; el
tuco-tuco, un roedor que vive en
cuevas subterráneas; el Chinchi-
llón, el Chiñe o Zorrino Común y
el Puma o León Americano.
Entre las aves, además del Suri
Cordillerano allí habita el Águila
Mora, el Cóndor Andino, el Tor-
tolón, Corral o Agachona Chica
y varios pájaros como las Cha-
muchinas o Jilgueros Oliváceos
y los "Boquenses" o Comesebos
Andinos, los cuales pueden lle-
gar a formar grandes bandadas.
Varias Lagartijas o Chelcos junto
a la Culebra Conejera son los
representantes locales de los
reptiles.
El valor histórico-cultural
Las investigaciones arqueológicas han permitido conocer sobre
la presencia humana en Los Morrillos desde hace más de 8.000
años. Los primeros hombres fueron cazadores nómades de
guanacos y suris. Hacia el año 6.000 antes de Cristo se instala-
ron en esta zona los cazadores de la Cultura Morrillos, que ocu-
paron las cuevas del Morrillo Chato como viviendas. Allí dejaron
abundantes indicios de su actividad cotidiana, como pinturas ru-
pestres y restos de fogones.
Estas culturas de cazadores-recolectores fueron sucedidas en el
tiempo por grupos que se iniciaron en el cultivo de tierra, como
los pertenecientes a la Cultura Ansilta. De este último grupo se
han encontrado vestigios del uso de las cuevas como graneros,
así como momias en muy buen estado de conservación, deposi-
tadas en las cuevas de la zona.
El papel del hombre
Tres son los principales problemas de conservación que en-
frenta la zona de Los Morrillos: la caza furtiva, la práctica del en-
durismo y el daño que provoca en la zona de las vegas el
ganado doméstico. Por ello en este refugio se ha decidido evitar
el ingreso de hacienda, es decir que está prohibida toda activi-
dad ganadera, así como extractiva.
Como uno de los objetivos de creación de este refugio es la for-
mación de conciencia ecológica, se permite en el lugar el des-
arrollo de actividad turística y educativa de bajo impacto. Esto
implica que el ingreso es en grupos reducidos, siempre acompa-
ñados por un guía. Los visitantes disponen de una cabaña con
comodidades básicas para pasar la noche y servicios de trans-
porte en vehículos, caballos y mulas.
La riqueza vegetal
En Los Morrillos se hallan representados los tres tipos de Provincias Fito-
gráficas típicos de las zonas áridas: el Monte, la Puna y la Altoandina.
El Monte es la máxima expresión del desierto en la Argentina. La escasez
de agua (menos de 200 mm/año) exige un esfuerzo máximo a los organis-
mos que lo habitan. Entre sus especies vegetales se destacan, en las par-
tes bajas, la vegetación típica de monte: los cactus, las jarillas, la brea y el
retamo.
Otras especies representantes de la flora de alta montaña son el Pingo
pingo, una gimnosperma (pariente de las Araucarias y Pinos); los Aceri-
llos, varios arbustos espinosos con frutos semejantes a pequeños tomates
peritas; y el Leoncito, una cactácea que forma cojines compactos con es-
pinas achatadas. Una especie destacable es el Chacay, un arbusto que al-
canza el porte arbóreo constituyendo densos bosquecillos en la quebrada
del arroyo Fiero.
Por su parte, las zonas de vegas o ciénagas contienen las formaciones
vegetales típicas de los humedales de la cordillera: junquillos y Yareta
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