Los gobernadores de mi memoria
P
or donde comenzamos a explicar la gobernación de Alfredo Ave-
lín?
Alguien dirá:
todo tiene un comienzo.
En este caso, optamos por comenzar por el final.
Esta fue la crónica de una muerte anunciada.
Tan anunciada que inclusive, el líder de la Cruzada Renovadora
aguardó el desenlace, que llegó formalmente aquel 26 de agosto de 2002.
Ese día, la Sala Acusadora de la Cámara de Diputados dispuso su sus-
pensión y minutos después, el bloquista Wbaldino Acosta se hacía cargo
de la gobernación. De esa forma culminaba la gestión del caudillo cru-
zadista, la cual estuvo atravesada por una profunda crisis social, el re-
145
8
ALFREDO AVELIN
Un político solitario
Fue un hombre de otra época, absolutamente desinteresado en
cuestiones de dinero y de convicciones firmes en la defensa de
valores en los que creía. Pero al mismo tiempo llegó al gobierno
sin colaboradores de nivel ni los conocimientos para comprender
una maquinaria tan compleja como es un Estado moderno.