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JONES
San Juan, 21
(corresponsal)
E
n lo principal confirmo la relación
del suceso hecha en mis despachos
de ayer, ampliándola así:
El doctor Jones a las 11.30, después de
una entrevista en la propia casa del minis-
tro de Gobierno, señor Zavalla, que había
llegado de la Capital Federal la noche del
sábado, partió en compañía de D. Juan
Meglioli, del presidente de la Corte, doc-
tor Luis Colombo y de D. Humberto
Bianchi, en un automóvil hacia La
Rinconada.
Llegaron sin novedad hasta la casa de su
primo D. Manuel Agüero, donde hicieron
alto para saludarle. La casa del señor
Agüero está contigua en la misma acera,
al norte de la casa de donde se hicieron
los disparos.
Según la relación que nos ha hecho el
señor Bianchi, al ponerse en marcha el
automóvil, saliendo de casa del señor
Agüero, desde la confitería y almacén de
Vicente Miranda Jameson, casi inmediata,
se hizo detrás de una puerta la primera
descarga, que tomó de frente a las vícti-
mas.
Instantánea y mortalmente heridos e
imposibilitado por toda defensa, el gober-
nador Jones y el señor Meglioli, el chauf-
feur cambió la dirección hacia el lado
derecho, quedando el coche cruzado en la
calle con la parte posterior hacia el fuego
que siguió nutrido en forma de varias des-
carga.
El presidente de la Corte, el doctor
Colombo, que se hallaba entre el gober-
nador y el señor Meglioli, en el asiento
trasero, descerrajó un tiro en defensa que
parece dio en el blanco, por cuanto hay
un reguero de sangre en la acera pero,
herido de cinco balazos, en ambos brazos
y muslo derecho, simuló que estaba
muerto, entre sus compañeros yacentes y
el señor Bianchi, herido de bala en el
hombro izquierdo y en la cara por unos
vidrios del parabrisas, roto en la primera
descarga, descendió del automóvil y trató
de hacer disparos contra los asesinos,
negándole fuego el arma, hasta que se
guareció en la casa de enfrente.
Hecho el silencio y dominada la escena,
los autores aproximándose al coche,
hicieron sobre las víctimas una descarga
de gracia.
E
l señor Meglioli fue hallado
encogido sobre el piso del coche
y el doctor Jones yacía reclinado
sobre el asiento delantero, semiapoyado
en la mano derecha. En esta posición lo
hallaron los amigos, el juez Varela Díaz y
los comisarios de la policía central, que
desde ésta concurrieron al teatro del
suceso.
El coche y el suelo estaban encharcados
en sangre.
El señor Meglioli presentaba varias heri-
das y el doctor Jones estaba acribillado a
balazos, todos ellos en el tórax, hombros
y cuello. La espalda derecha del doctor
Jones estaba desgarrada, presentando un
aspecto horrible.
El doctor Colombo tiene cinco heridas en
los brazos y en la pierna derecha y su
sombrero se encuentra con dos perfora-
ciones. Uno de estos proyectiles le ha
rozado el cráneo. El señor Bianchi pre-
senta un tiro en el hombro izquierdo y
tiene la bala incrustada debajo del brazo.
La policía destacó patrullas en busca de
los malhechores. Se nos informó anoche
que uno de ellos va perdiendo sangre y
que en una huella que baja a la ciénaga
se hallaron tres crías de las yeguas per-
cheronas en que huyeron aquellos, agre-
gando que esos animales son de propie-
dad del doctor Federico Cantoni y que
son varias las personas detenidas como
testigos presenciales del hecho.
T
omadas las primeras providen-
cias los cuerpos fueron traslada-
dos a la estación Pocito, de
donde en el tren local se les condujo
hasta esta capital.
En la estación a las 13.30 de arribo del
convoy, congregóse un núcleo de amigos
de los extintos formándose dos cortejos.
Uno se dirigió a la casa de gobierno con
el doctor Jones y el otro hacia el estable-
cimiento del señor Meglioli, en
Desamparados.
NUEVOS DETALLES
tivo, dice así:
“Habiendo sido asesinado alevosamente, en
el día de la fecha el señor gobernador de la
provincia, doctor Amable Jones y encontrán-
dose ausente el vicegobernador titular y no
existiendo gobernador designado por la legis-
lación para que asuma el mando de la provin-
cia en caso de ausencia, muerte, renuncia o
enfermedad y por analogía a los cargos pre-
vistos por la Ley Federal y no siendo posible
que la provincia permanezca en situación de
intranquilidad e inseguridad de sus habitan-
tes, y hasta tanto el gobierno federal tome la
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