El Nuevo Diario - page 22

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Viernes 8 de junio de 2018
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FUNDACIÓN DE
SAN JUAN
A
unque durante dé-
cadas creímos en
los relatos de distin-
tos historiadores sobre el
pueblo huarpe, Teresa Mi-
chieli asegura que muchas
afirmaciones son falsas. En
base a sus investigaciones,
aclara:
l
Los huarpes no dejaron
descendencia porque ese
pueblo desapareció.
l
Los incas no diezmaron a
los huarpes porque los que-
rían como mano de obra.
l
La descripción física que
hicieron los historiadores de
este pueblo no tiene funda-
mento real.
l
Nunca veneraron a
Soychú y Valichú.
l
El Cacique Angaco no
existió y Teresa de Ascencio
no era india.
l
Los olongastas no
existieron.
l
El Cacique Huazihul tam-
poco existió y la leyenda del
Alkázar fue en realidad un
cuento inventado por los
obispos al igual que la le-
yenda del cacique Pismanta.
s
Viene de página anterior
LEYENDAS Y MITOS...
J
uan Eugenio de Mallea (2do Jefe
de la expedición de Juan Jufré)
tenía menos de 30 años, segura-
mente en sus exploraciones en el terri-
torio sanjuanino, conoció a la princesa
huarpe la Ñusta Angaco hija del Caci-
que Angaco; y se prendó de ella quizá
por su singular hermosura.
Los enamorados querían casarse. Aun-
que la legislación española lo permitía,
contrariaba las costumbres. Para unirse
en matrimonio, debió hacer Don Juan
Eugenio de Mallea un pacto con el
Amta huarpe. El Rey Felipe II le dio al
padre de la Ñusta el trato de “Don” y le
reconoció derechos para él, los suyos y
sus sucesores sobre el señorío de An-
gaco.
La cuestión es que el día decidido para
la boda (probablemente el 20 de mayo
de 1563, fiesta de la Ascención del
Señor) primero fue bautizada la Ñusta
recibiendo el nombre de Teresa de As-
cencio y luego se ofició la ceremonia de
casamiento; según Horacio Videla, “sin
ministro de la Iglesia, por los propios
contrayentes y el vecindario de testigo”.
Primeros mestizos
Dice César H Guerrero que de este ma-
El primer matrimonio del poblado
Las
controversias
trimonio surgió el arranque de la familia
sanjuanina organizada y cristiana. Sus
hijos serían los primeros mestizos en
habitar este suelo. Se conocen los nom-
bres de Christóbal y Gabriel de Mallea.
“La Nusta angaquera será recordada
siempre como la fundadora del hogar
sanjuanino, ya que fue la primera indí-
gena del valle de Tulúm que mezcló su
sangre con la extranjera, y para ella se
construyó la primera casa de material
en la nueva ciudad, a la usanza espa-
ñola, como la que había hecho Jufré en
Chile”
Si bien no se conoce la fecha de la
muerte de Teresa, se sabe que es ante-
rior a 1606 pues en escritura pública de
ese año Don Juan Eugenio de Mallea
constituyó una capellanía en favor de
los dominicos en sufragio del alma de
sus padres, de un hijo fallecido y de su
esposa Teresa de Ascencio
Fuente: Manual de Historia Digital de la Fundación Bataller; Horacio Videla “Historia de San Juan”,tomo 1 UCCuyo;
“IV Centenario de San Juan”, edición Gobierno de la Provincia, Cesar H. Gerrero: “La mujer Sanjuanina en la época Colonial”.
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