Juan Carlos Bataller
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que le cupo en la llamada
“revolución de los febrerinos”,
que en 1884
estalla en San Juan con el resultado de varios muertos y el asesinato del
senador Agustín Gómez, además de gravísimas heridas al gobernador
Anacleto Gil.
Manuel Moreno se desempeñaba en esos días como se-
nador provincial y fue expulsado de su banca pues el senado lo en-
contró cómplice de aquel grave hecho.
A partir de ese momento, la vida de Moreno cae en un cono de som-
bras.
Vuelve a su puesto de contador del Estado, hasta que en 1908, el gober-
nador Carlos Sarmiento lo designa su secretario privado. Y este ex go-
bernador, 27 años después de haber ejercido la primera magistratura,
acepta un cargo auxiliar.
El siguiente gobernador, Victorino Ortega, lo designa encargado de la
confección del Archivo de Gobierno, correspondiéndole archivar la
etapa comprendida entre los años 1861 – 1912.
Moreno ya era un anciano de casi 90 años que, sin embargo
nunca re-
clamó una jubilación extraordinaria.
Prefirió seguir trabajando, ya en
un oscuro oficio artesanal:
encuadernador de legajos oficiales.
El 21 de febrero de 1923, a los 92 años murió don Manuel Moreno.
Así fue como este gobernador no pasó a la historia por sus obras –en
realidad su gestión fue intranscendente- sino por los vaivenes de su
larga vida pública, un caso único en la vida provinciana, que a lo largo
de casi 60 años lo vio ocupar desde la gobernación, vicegobernación,
ministro tres veces, senador y diputado provincial, convencional cons-
tituyente, juez de paz, comisario de policía, secretario privado, archi-
vista y encuadernador de expedientes.
Fuentes
Videla, Horacio –
Historia de San Juan
Bataller, Juan Carlos –
Anécdotas de la política sanjuanina