Libro Historia Completo - page 174

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La vida fue diferente
1-
Sobre la base de este texto y fotos realizar un video.
2-
Buscar personas mayores que testimonien lo que vivieron
o les contaron sobre el terremoto de 1944.
3-
Aplicar las técnicas de comprensión de textos en la lectura
del poema de Luis Jorge Bates. Redactar los conceptos en
formato narrativo.
Actividades
U
na de las primeras medidas que
adoptó el gobierno fue disponer
la
remoción de los escombros
para retirar los cadáveres y habilitar las
calles para el tránsito de los vehículos.
Desde topadoras a carros para el trans-
porte, todo medio se utilizó.
También se comenzo a
demoler los edi-
ficios
que presentaban graves fallas es-
tructurales.
Hubo que
decretar el toque de queda
pues los actos de pillaje también existie-
ron en aquellos días de dolor.
El ejercito tuvo un papel muy desta-
cado
en aquellas horas: desde instalar
puestos de radiotelefonía móviles a dis-
poner baños de campaña para que la
gente pudiera bañarse, pasando por las
tareas de reparto de alimentos, control
del tránsito y hasta impartir instrucciones
en caso que se repitan los movimientos
de tierra.
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En diferentes puestos sanitarios se co-
menzó una tarea de
vacunación masiva
para evitar la propagación de enfermeda-
des infecciosas.
También como medida preventiva se pro-
cedió a la incineración de cadáveres que,
por miles, estaban diseminados bajo los
escombros. Como las ambulancias no
daban abasto se debieron utilizar camio-
nes para esa tarea.
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L
a vida de la gente cambió.
Ya no existían sanjuaninos ni inmi-
grantes.
Todos pagaron por igual el derecho a ha-
bitar este suelo en igualdad de méritos.
La alta sociedad de las primeras décadas
también sucumbió.
Miles de familias estaban diezmadas
pues todos habían perdido parientes o
amigos.
Y eran miles los que decidieron emi-
grar.
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“Y el tren parte cargado de heridos y mu-
tilados, de hombres y mujeres de caras
tristes, que se van sin saber adónde, con
su equipaje simple, reducido las más de
las de las veces al colchón o la valija que
lograron rescatar de sus hogares sepul-
tados. Y se va lento, pesado, como si
le costara desprenderse de la tierra
que lo vio nacer y echar raíces a sus
infaustos pasajeros...” (“San Juan, en-
sueño y lágrimas”, de Juan Conte
Grand).
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En otros casos, las familias optaron
por enviarlos temporariamente a otras
provincias en la idea de que estarían
mejor atendidos, alimentados y segu-
ros.
En Mendoza se habilitó una escuela
para niños sanjuaninos refugiados en
esa provincia.
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En San Juan hubo tres temas acu-
ciantes en los primeros tiempos: el
techo donde vivir, la comida, el tra-
bajo.
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La vida continuaba.
Y también se habló de posibilidades.
Y de reconstrucción.
Aquí me quedaré
Es en vano maguer tus estertores,
Potro salvaje, tierra embravecida,
No lograrás desarraigar mi vida
del valle de mis sueños y mayores
Ya puedes someterme a los rigores
de una inquietud constante y desmedida.
Ya puedes repetir la acometida,
multiplicando heridas y dolores.
Me quedaré en San Juan, algo más fuerte
que el temor a perder lo reunido
en un artero esguince de la muerte
me está atando a la tierra en que he nacido.
Puedes cobrarte el bien que en mi alma has sido
con esta incertidumbre de la suerte.
Luis Jorge Bates
Poeta y periodista sanjuanino
Fuente: “El siglo XX en San Juan” de Juan Carlos Bataller y Edgardo Mendoza. San Juan, editorial: El Nuevo Diario.
La ciudad estaba destruida y un grupo de peluqueros realizaba el trabajo al aire libre, en el Par-
que de Mayo. Colgados de los árboles podían verse los carteles de “Peluquería Di Lorenzo y
Bronzetti” y “Salón para damas”. En la foto aparecen de izquierda a derecha los peluqueros Luis
Gardela, José Di Lorenzo, Juan Bronzetti y César Gardela. (Foto publicada en el libro "El San
Juan que Ud. no conoció", de Juan Carlos Bataller; proporcionada por Arquímides Di Lorenzo)
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