HISTORIAS CONTADAS CON DOS DEDOS - JUAN CARLOS BATALLER

Juan Carlos Bataller 88 —¿Y cuántos años tienen? —La nena 16 y el varón 17 —Uhh… nosotros nos reunimos en largas mesas y los hijos permane- cen con nosotros por lo general hasta que se reciben. —Sé que en otras partes es distinto. Para ustedes la célula básica de la sociedad es la familia, para nosotros el individuo. — Yo no podría ser feliz sin una familia …—, alegué. —Yo pienso que si un individuo no se realiza no puede ser feliz porque viva en una familia. Pero eso responde a culturas que no vale la pena discutir. El caso es que cuando conté esta anécdota en la Argentina ni siquiera me dejaron explicar los argumentos de los que centran al individuo como célula básica de la sociedad en lugar de la familia, como es nuestro caso. Siempre me dijeron cosas como “pobres infelices” o “yo no podría vivir en un mundo así”. Y ahí comprendí una realidad muy nuestra: no diferenciamos “infor- mación” con “opinión”. ● ● ● La última anécdota fue en octubre de 1981. Recibí un llamado telefónico a las 3 de la tarde en mi casa en Roma. Era Roland. —hola juan Carlos… ¿Qué tienes programado para el 3 de enero en la tarde? —Qué se yo… Faltan tres meses. ¿Por qué preguntas? —Porque ese día estaré en roma y quería que lo agendaras para tomar un café y charlar un rato… Esto también diferencia a un suizo y un argentino.

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