HISTORIAS CONTADAS CON DOS DEDOS - JUAN CARLOS BATALLER

Historias contadas con 2 dedos 79 de la guardia suiza, a los embalsamadores, a periodistas, a un agente del FBI que trabajó en Roma, a Joaquín Navarro-Valls, Radio Vaticano, los médicos del papa, etc. • La conclusión fue que parecía inverosímil que el papa hubiera sido asesinado, atribuyendo su muerte a una conjunción de factores. Su ca- rácter afable se vio aplastado por la burocracia vaticana y la presión de trabajo a la que fue sometido (el cardenal Villot reconoció que se sentía culpable de haberlo agobiado de trabajo con maletas de documentos), la poca ayuda que recibió del entorno para desempeñar su nueva fun- ción, sus problemas de salud (sobre todo circulatorios, embolias, trom- bos, etc.) que combinado con el estrés y un posible descuido en la medicación junto con la ausencia de trato por parte de los médicos del Vaticano, pudieron producir una embolia pulmonar la noche del 28 de septiembre de 1978. • Sin embargo, varias fuentes acusaron a Cornwell de haber sido con- tratado por el propio Vaticano para dar esta información falsa, ya que se demostró que Albino Luciani no tenía ninguno de los problemas de salud mencionados ni tomaba medicación alguna, lo que ha dejado nu- merosas dudas sin resolver sobre la muerte del Sumo Pontífice. otras informaciones Juan Arias, un periodista español del diario El País, con quién dialogué algunas veces en la oficina de prensa publicó en su diario el 5 de enero de 1991 el siguiente despacho: Roma: Albino Lucíani, el papa juan Pablo i, apodado el Meteorito por- que su pontificado, uno de los más breves de la iglesia, duró sólo 33 días, no murió en la cama leyendo el Kempis, como había sostenido el Vaticano hasta ahora, sino sentado en su mesa de trabajo mientras examinaba un documento secreto que le había pasado la Secretaría de estado. el hermano y una sobrina del Papa aseguran también que el testamento de juan Pablo i ha desaparecido. La revelación, llamada a remover de nuevo una muerte que siempre fue considerada misteriosa, la acaban de hacer al periodista Flavio Corazza, de La Stampa, el hermano del papa difunto, Eduardo, presidente de la Cámara de Comercio de Belluno y militante de la Democracia Cristiana,

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