HISTORIAS CONTADAS CON DOS DEDOS - JUAN CARLOS BATALLER
Juan Carlos Bataller 32 —no sólo eso. no quedan ejemplares en los kioscos y están viniendo los vendedores por más ejemplares. ¿Qué había pasado? Teníamos en tapa un título fuerte: el escándalo por la adjudicación del dique Cuesta del Viento, ignorado por otros medios. La noticia corrió boca a boca y miles de sanjuaninos corrieron a buscar un ejemplar. Habíamos aprendido una lección : es el público quien dice qué noticia es importante y cuál no le interesa. ● ● ● Pero las sorpresas no sólo pasaban por la cantidad de ejemplares. En aquellos años Internet no había llegado por estos lados. Cada jueves teníamos que estar a las 3 de la tarde con los originales de las páginas y las fotos en Mendoza. A esa hora comenzaba el trabajo de fotomecánica y montaje de astralones. A las cinco se copiaban las plan- chas y poco después comenzaba el tiraje en la rotativa. Por más que nos prometiéramos una y mil veces cerrar temprano la edi- ción, siempre llegaba la 1 de la tarde y aun estábamos cambiando un tí- tulo o corrigiendo una nota. Generalmente era la una y media cuando partía en mi Ford Taunus para Mendoza. ● ● ● El jueves 29 de mayo fue un día inolvidable. Íbamos a imprimir nuestra tercera edición y a las 3,10 estacionaba en la puerta del diario y bajaba con un gran forro de cuero que habíamos hecho confeccionar para llevar dentro los originales. Los muchachos de Los Andes ya estaban esperando. —disculpen la demora pero había mucho tránsito... Sólo sonrieron. Eran hombres del oficio y sabían que siempre la redac- ción entrega más tarde de lo estipulado. —acá tienen todo. Me voy a comer un sandwich a la esquina y ya vuelvo—, les dije mientras les dejaba el sobre. A las tres y media veo entrar a la confitería a uno de los operarios. —Sanjuanino, hay problemas. —¿Qué pasa?
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