HISTORIAS CONTADAS CON DOS DEDOS - JUAN CARLOS BATALLER

Historias contadas con 2 dedos 147 que aunque viniéramos de países de muy distintas posiciones –eran los años de la guerra fría- como profesionales del periodismo analizábamos hechos no ideologías. Ese clima rápidamente se altero. Fue exactamente el 2 de abril cuando –imprevistamente para los euro- peos– la Argentina se transforma, por primera vez en muchos años, en protagonista de una noticia mundial de primerísimo nivel. Las radios y la televisión fueron las primeras en dar el anuncio, más o menos en estos términos : “fuerzas militares argentinas invadieron una islas lla- madas Falklands pertenecientes a inglaterra y pobladas por súbditos de esa nacionalidad”. Al día siguiente los diarios publicaron amplios servicios con explicacio- nes sobre todo de carácter geográfico. Algunos intentaron un análisis de la situación pero los conceptos en aquel momento no eran claros. Para los europeos en general se trataba de una invasión contra pacíficos pastores, totalmente injustificada y carente de fundamentos jurídicos, dispuesta por un régimen militar en agonía que, en un gesto desespe- rado, intentaba recuperar el consenso popular “exaltando demagógica e irresponsablemente el espíritu nacionalista típico de los países la- tinoamericanos”. Para reafirmar esa opinión utilizaban algunos elementos de la realidad más inmediata. Por ejemplo, señalaban que sólo 48 horas antes el go- bierno había debido recurrir a una brutal represión para enfrentar las manifestaciones populares contra una situación política, económica y social asfixiante. ● ● ● De cualquier forma, todos los ojos se dirigían a Inglaterra. Esperaban la reacción de la “dama de hierro”, de esa inflexible Margaret Thatcher, agobiada por problemas políticos, que conducía un viejo imperio en de- cadencia, que soportaba cuestiones internacionales irresueltas como las de Irlanda, Gibraltar y las mismas Malvinas y cuya política monetaria, resistida por la población, había aumentado a tres millones el número de desocupados, generando gravísimas reacciones sociales que amena- zaban extenderse rápidamente. Y el hecho se gana realmente la primera página de todos los diarios cuando las Naciones Unidas ordenan el retiro de las tropas argentinas

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