HISTORIAS CONTADAS CON DOS DEDOS - JUAN CARLOS BATALLER

Juan Carlos Bataller 138 de dos décadas este tipo de trabajadores serán absoluta mayoría. ● ● ● Han pasado 40 años de aquellos hechos. Y las diferencias se han pro- fundizado. En muchas empresas los trabajadores realizan sus tareas ante un orde- nador, algunos incluso lo hacen en sus propias casas, tienen dependen- cias laborales compartidas con dos o más empresas, cambian de residencia varias veces en su vida laboral. Y aparecen reclamos muy es- pecíficos. Por ejemplo: permisos para asistir a cursos de actualización, pago de esos cursos, condiciones de vida en caso de traslados (tipo de vivienda, escuela para los hijos, seguridad personal), posibilidad de lo que se denomina licencia sabática para encarar estudios o trabajos dis- tintos, discusión de la tecnología que utilizará, negociación de la época de vacaciones en caso de trabajar en más de una empresa, situación la- boral del cónyuge en caso de traslados... ● ● ● Se dirá que el sindicalismo no atiende cuestiones personales sino que negocia un piso común a lo que cada uno puede agregar sus propias negociaciones. es cierto. Pero ya no existe un mundo homogéneo. No es lo mismo un canal de televisión de Buenos Aires donde un segundo de publicidad cuesta mil que uno en Jáchal o Caucete donde ese mismo segundo se cobra la milésima parte de mil. Es absolutamente distinto ser mecánico de la fábrica Renault que del taller de Pepito en Concep- ción. Estas diferencias se van a profundizar. Y un sindicalismo que sólo se plantee como verdad única que “a igual trabajo corresponde igual sa- lario” debería considerar que en lugar de apostar a la inclusión y la in- versión está fomentando todo lo contrario. ● ● ● Pero este tipo de problemas no se da sólo en personal con relación de dependencia. Se advierte también entre trabajadores independientes, como puede ser un médico.

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