HISTORIAS CONTADAS CON DOS DEDOS - JUAN CARLOS BATALLER
Juan Carlos Bataller 126 Maria Volonté, entre los actores. Directores como Pier Paolo Pasolini, Victorio De Sica, Antonioni, Berto- lucci, Fellini, productores como Carlo Ponti, Dino De Laurentis, Cris- taldi En fin, el cine italiano era mundial y se hacían coproducciones con Hollywood, con Paris. Hasta se había creado Cinecittá, un ámbito de fil- mación que quedó a medio camino. De los años 60, 70 y 80 son clásicos como La dolce vita, Amarcord, El Gatopardo, Rocco y sus hermanos, Cinema Paradiso, La vita es bella, Ladron de bicicletas, Novecento, 8 y medio, La Strada, El Gatopardo, Las noches de Cabiria, Il sorpasso y tantas otras que guarda mi memo- ria. ● ● ● En ese marco de inserción internacional y de grandes coproducciones, María fue una noche. Lo hizo acompañada por otra chica a la que pre- sentó como su pareja. Tenía ya 30 años y fama de promiscua y heroinó- mana. Una fama que pudo ser cierta o que nació a partir de todo lo que despertó la película. De aquella charla me quedó la imagen de una jovencita desvalida que había vivido demasiadas cosas para su joven edad. Nos contó que su padre, también actor (Daniel Gelin), nunca la recono- ció como hija. «estoy cansada de que me presenten como la hija de daniel gelin, cuando él nunca me ha reconocido. Lo he visto tres veces en mi vida», dijo. ● ● ● María Schneider hizo su debut en el escenario con sólo 15 años, sin haber realizado clases de interpretación. Dos años más tarde, obtuvo su primer papel de protagonista en el cine, con la película El árbol de na- vidad de Terence Young. Actuó en muchas películas. La última fue en 2009. Y lo hizo junto a artistas de la talla de Alain Delon. Jack Nicholson, David Bowie, Marlene Dietrich o Gérard Depardieu. Incluso tuvo una gran oportunidad al interpretar un papel en Calígula, pero abandonó el rodaje para ingresar en una clínica psiquiátrica. Pero El último tango en Paris fue la película que cimentó su carrera, ade-
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