HISTORIAS CONTADAS CON DOS DEDOS - JUAN CARLOS BATALLER
Juan Carlos Bataller 122 hermano [Ağca], al cual he perdonado sinceramente.» en 1983, ağca y el Papa se vieron y hablaron en privado, en la prisión donde ağca estaba preso. ağca besó el anillo del Papa cuando terminó su encuentro. asimismo, el Papa estuvo en contacto con la familia de ağca a lo largo de los años: conoció a su madre en 1987 y a su hermano una década después. Aunque Ağca había dicho: “para mí [el Papa] es la encarnación de todo lo capitalista” y había intentado asesinarlo, llegó a trabar amistad con el Pontífice. En abril de 2005, durante la agonia del Papa, Ağca rezaba desde su cárcel en Estambul por la mejoría de Juan Pablo II. Cuando el Papa murió, Ağca declaró estar de luto: “he perdido al Papa, mi hermano espiritual. Me sumo al duelo de mi pueblo cristiano ca- tólico”, afirmó en un texto distribuido por su abogado. ● ● ● Hay un dato que tuvo difusión en su momento. Cuando estuvo con el Papa en la prisión Rebibbia de Roma la primera vez después de su in- tento, Ağca, un asesino profesional, le preguntó cómo había conseguido sobrevivir. El Papa, que había estado consciente hasta el momento de entrar en el quirófano, presintió que sobreviviría, creyendo de corazón en la inter- cesión de la Virgen María, Nuestra Señora de Fátima (quien, en una de sus apariciones a los tres niños había profetizado que un «Obispo de blanco» sería atacado). El 26 de junio de 2000 el papa Juan Pablo II publicó el «tercer Secreto de Fátima» , donde decía que el intento de asesinato de Ağca fue el cum- plimiento de este “Tercer Secreto”. El 13 de mayo (la fecha del intento de asesinato) es el aniversario de la primera aparición de la Virgen María a los tres niños de Fátima, algo que al Papa siempre le pareció significativo, y por lo tanto atribuía su supervivencia ese día a su protección. Un año después del atentado, el Papa viajó a Fátima para dar las gracias por haberle salvado la vida y le ofreció la bala que casi lo lleva a la muerte.
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