HISTORIAS CONTADAS CON DOS DEDOS - JUAN CARLOS BATALLER

Juan Carlos Bataller 116 junto con Frank Brodhead de “el alzamiento y la caída de la pista búl- gara” (1986), y el periodista Michael Parenti, opinaron que la historia de Ağca era dudosa, resaltando el hecho de que Ağca no había mencio- nado la participación de agentes de Bulgaria hasta que fue aislado y vi- sitado por agentes de la Inteligencia Militar Italiana (SISMI). El 25 de septiembre de 1991, el exanalista de la CIAMelvinA. Goodman (que actualmente trabaja en el Center for International Policy) reveló que sus colegas, siguiendo órdenes jerárquicas, habían falsificado sus informes de análisis para apoyar la acusación. Declaró al comité de in- teligencia del Senado de EEUU que «la Cia no tiene ninguna prueba» sobre esta llamada «pista búlgara». ni el tribunal del juez Severino Santiapichi, ni la investigación del juez Franco ionta, encontraron ninguna evidencia de que el SiSMi “sembró” la historia de ağca. ● ● ● “Un abogado francés, Christian Roulette, autor de varios libros que cul- pan a las agencias de inteligencia occidentales del intento de asesinato, testificó ante el tribunal que la evidencia documental a la que se había referido en realidad no existía. Además los abogados franceses de Ağca consideraron muy dudoso que agentes búlgaros reclutaran a su cliente, pudiendo saber fácilmente que éste había militado en un grupo paramilitar de extrema derecha, e in- verosímil que Bulgaria y la URSS se arriesgaran a patrocinar un aten- tado como éste, el cual podría más bien generar una grave crisis antisoviética en Polonia y perjudicar a la URSS a largo plazo. Por su parte, los servicios secretos búlgaros siempre habían protestado contra la acusación de complicidad, argumentando que la historia de Ağca era un bulo puramente anti—comunista elaborado por los Lobos Grises, el servicio secreto italiano y la CIA, pues todos ellos habían co- operado en la red secreta de la OTAN denominada Gladio, consagrada a realizar impactantes atentados en Europa Occidental sembrando con ellos un presunto “nexo” de éstos con países del Pacto de Varsovia, para mantener artificiosamente en los países de la OTAN la “tensión” de la Guerra Fría. Gladio estaba en esa época envuelta en la estrategia de la tensión ita- liana, también seguida en Turquía por la “Contra—guerrilla”, el brazo

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