QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO V

94 Juan Carlos Bataller conoce del fútbol. Hoy se transmiten las inferiores, las reservas. Fue un impac- togrande ir a la cancha y verla llena. Es monstruoso ver la Bombonera llena. —¿Es cierto que tiembla la Bombonera? —Sí, late. La verdad es que es impresionante adentro tanto para lo bueno, cuando hacés un gol, o cuando las cosas no te salen tan bien y se escuchan los murmullos y puteadas de la gente. Fui chico y con muchos sueños. Veía muy lejano llegar a jugar en la Primera. Había tantos buenos jugadores y yo era uno más. Me esforcé mucho para llegar. Tuve que tener mucha voluntad y no bajar nunca los brazos. Tuve suerte porque también tuve la posibilidad de estar en el Sub 20 argentino, en el primer año que estuve allá, fueron cosas que se van dando. Para un futbolista es el destino, a veces está y a veces no. —¿Mucho tiene que ver el técnico? —Tiene muchísimo que ver el técnico. Cuando llegué me tocó vivir la etapa del maestro Tabares. En esa época Boca tenía 60 profesionales y casi no tenía chicos en las inferiores. Justo en ese momento en que me hacen contrato, Boca había tenido jugadores que eran muy buenos, los habían dejado ir y habían sido figuras en otros clubes. Ese fue el caso de Sergio Berti, por ejemplo, que se fue a River. Entonces a los dirigentes les agarró miedo y dijeron “a los que jue- guen bien no los dejamos ir más”. Me hacen contrato pero no tenía posibilidades de jugar en Primera porque había 40 profesionales. Hay una anécdota, hasta un poco graciosa, porque es- taba siempre ahí y no jugaba, entrenaba y no jugaba. Y hubo un partido en la cancha de Independiente y un jugador que iba al banco de primera se olvidó el DNI. Por eso hablo de las oportunidades y del destino. Ese jugador era Clau- dio Benetti, un cordobés. Entonces al chico que iban a poner en reserva le dije- ron “no juegue porque va al banco de Primera” y me tocó a mí ir, que iba al banco de la reserva, estar en ese partido. Yo estaba preparado pero uno nunca sabe si te toca a o no. Tuve suerte de jugar ese partido en cancha de Indepen- diente, ganamos 3 a 1. Hice un gol sin saber que en la tribuna estaba el profe- sor Jorge Habegger y Enrique Hrabina, que el lunes siguiente se hacían cargo del equipo y en dos meses debuté. —Hrabina vino a dirigir a San Juan. —Sí. —Mencionaste al maestro Tabares, es un personaje distinto dentro del fút- bol. —Sí, creo que él ha perdurado, se ha actualizado y es de la vieja escuela del fútbol. Es muy disciplinado. En Boca no lo pude compartir porque yo estaba lejos del plantel profesional cuando él estuvo pero mis compañeros hablan ma- ravillas de él.

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