QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO V
36 Juan Carlos Bataller hablar y pensar en otra cosa, porque al otro día a las 9 había que aga- rrarse de la barra nuevamente y empezar con todo el ritmo. Y, sí, hay un momento que uno tiene que desconectar y te aseguro que en el momento que apoyás la cabeza en la almohada, te desmayás porque es mucho el desgaste. —Es un mundo desconocido para mí, por eso te hago algunas pre- guntas que pueden parecer hasta tontas, pero a veces, cuando veo a músicos formados que toman un papel donde está escrita la música y la pueden leer como si la tuvieran escuchando, me imagino que algo parecido pasa con los pasos de baile. —Es así. A veces me decían que no podían creer cómo podía memori- zar tantos pasos o una obra. Igual que pasa con el músico, al bailarín los pasos le son absolutamente familiares, forman parte de tu cotidia- nidad. Entonces memorizar una coreografía de una hora no es tanto. Tiene mucho que ver con el vínculo con la música, uno ya asocia esa música al paso, al ejercicio o a la coreografía que tenga que hacer. —Pero para bailar también se necesita confiar en la otra parte, un paso en falso y es un desastre. —Sí. —¿Tuviste algún problema de ese tipo? — Sí los he tenido, no de olvidarme de la coreografía, pero sí que su- cediera algo en escena y que había que resolverlo. Pero la experiencia te va dando eso. Y si se produce un error, tratamos que el público no ● En 2010 se sumó al ballet contemporáneo del Teatro San Martín. Fue primera bailarina en una categoría especial creada para ella y tres compañeros.
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