QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO V

205 Qué hiciste con tu vida con un padre que se sacó la lotería, habrás sido un niño rico. —Nunca. Él contrató un chofer y él trabajaba. Yo seguía con lo mío. Después él se fundió, nunca supe por qué y siempre siguió traba- jando. —¿Nunca fuiste niño rico? —No, nunca. Me acuerdo que el hermano de mi padre era capataz ge- neral de una finca de Estornell Gugliotto en un lugar que se llamaba Valle Grande, pasando Puchuzún. Y tenían campos donde plantaban álamos y criaban ovejas para la lana. Mi tío me propuso si yo quería trabajar en el almacén para los obreros y me quedé dos años ahí. Fue- ron los mejores años. Aprendí a andar a caballo. —¿Estamos hablando de Calingasta? —Claro, antes de llegar a las ruinas, donde había unas minas de plomo, no recuerdo el nombre. —Castaño Viejo. —Claro, y ahí la zona se llamaba Valle Grande. —Estamos hablando de la cordillera. —Claro, de la precordillera y la entrada a la cordillera. Me quedé dos años ahí. Fueron los dos mejores años de mi vida. —Un tipo que vivió en la ciudad de San Juan y en Madrid, pero vivió sus mejores años perdido solo en la cordillera, no me mientas. —No, era por la edad que tenía. Aprendí muchas cosas del campo. Ahí tenían 30 mil ovejas, era un espectáculo cuando bajaban por la cordillera. Yo tenía 17 años. Me acuerdo que a las 12 de la noche se pa- raba el motor de la estancia y se escuchaba el ruido del río. El almacén abría a las 10. En esa época, cada señora de los peones, la mayoría eran chilenos, tenía una libretita y yo les anotaba la compra. Les sumi- nistraba lo del almacén. —¿Por qué decidiste irte a España?, ¿o dejar San Juan? No sé cuál de las dos cosas fue. —Fue a raíz de una situación que sucedió una noche, cuando salí de la radio. Iba con la que era mi segunda señora y, por General Paz pa-

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