QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO V

173 Qué hiciste con tu vida te pagan, poquito pero te pagan. Cuando hacía vóley yo tenía que pa- garle al árbitro para que dirigiera el partido, tenía que comprarme la camiseta, tenía que pagar para poder jugar. En el caso del boxeo es al revés. Al chico que entrena no se le cobra, se le ayuda mucho para que pueda practicarlo y te cuidan mucho. Creo que tiene que ver con la rudeza y lo difícil que es el deporte. Los técnicos, todo el ambiente, te cuida, te contiene mucho y a los chicos se les paga algo, como un in- centivo, a diferencia de otros deportes. Después cuando sos profesio- nal, campeón y demás, aumentan las bolsas. En ese sentido el boxeo es una salida que busca ese sector. — ¿Cambia mucho la vida del profesional no? —Sí, cambia un montón. Es increíble cómo cuando uno logra un título o algo todos te quieren apoyar y ayudar, pero sí. — ¿Es cierto lo de los amigos del campeón? —Sí. — ¿Se acercan? —Sí, aparecen amigos, familiares, de todo. —Cuando te sacan el banquito y estás sola, ¿en quién pensás?, ¿en tus hijos? —Sí. Mi objetivo más allá de ser campeona y tener cinturones es lo- grar el mayor nivel como deportista que pueda conseguir; la mejor versión que pueda llegar a sacar de esta actividad. Voy creciendo des- pacio, he crecido bastante, pero todavía no llego a ser lo que me en- cantaría ser arriba del ring. Uno piensa en todo el sacrificio que hace todos los años, la familia que apoya, porque ellos también viven a la par lo que uno va a haciendo. Todas esas cosas se piensan. —Si tu nena te dice que quiere ser boxeadora, ¿Qué le decís? —Que si, a los dos. Ella no quiere, me dice que no. Los apoyo en lo que ellos quieran hacer. Cuando uno encuentra lo que le gusta hacer y lo hace, la verdad es que no tiene precio. —Dicen que la preparación del boxeador es la más completa que puede haber.

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