QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO V
153 Qué hiciste con tu vida vitación de una agencia de espectáculos muy importante, la segunda más grande de Alemania. La primera estaba en Hamburgo y la se- gunda estaba en Frankfurt. Ellos tenían a Piazzolla, Mercedes Sosa y al Circo de Moscú, entre otros. Desde los 7 y hasta los 26 años fui mú- sico y mi vida fue mirar a través de la música. El dueño de esa em- presa me dijo “usted tiene mucha experiencia como músico y yo la necesito para la preproducción”. Estaba recién casado y lo conversé con mi esposa en ese momento. Le dije: “me voy a tomar un semestre sabático y quiero ver de qué se trata”. Ese semestre nunca terminó, en- tonces empecé a trabajar en la preproducción de los espectáculos. A los 3 o 4 meses tuvieron una crisis con un director general de la gira europea del Circo de Moscú, 120 millones de dólares, 100 personas, 14 cañones, aviones chárteres. —Estamos hablando de uno de los espectáculos… —Más grandes del mundo. Y bueno, este señor tuvo la audacia de de- cirme “Eduardo, he pensado que usted puede hacerlo”. Y le dije, “miré, mi alemán no es suficiente todavía”. Y me dijo “no se haga pro- blema, tiene un traductor al lado”. El traductor que me pusieron era ruso alemán, así que se me duplicó el problema. Tuve que aprender, en el rodaje, a manejar las cosas duras y blandas de una organización itinerante, con una multiplicidad de intereses, con un fin comercial para la empresa, uno profesional para el artista y uno de entreteni- miento para el señor que se sienta en una butaca. Fue intenso, eso se hace cuando uno tiene veinti tantos porque hace falta una energía y una disponibilidad absoluta de tiempo. Uno maneja tres o cuatro idio- mas en forma permanente y tiene cuatro o cinco ciudades en la ca- beza. Mientras está en Viena, ya sabe que la semana que viene está en Berlín, después en Bonn y luego tiene que ir a Estrasburgo. Con el ma- nejo de lo imponderable, porque un artista se enferma, un camión se queda atascado en la nieve. — ¿Hasta cuándo trabajaste en el Circo de Moscú? —Después de cuatro años de esta situación, vino el embarazo de nuestra primera hija y mi madre se había enfermado muy grave- mente. Llevaba más de quince años afuera del país y vino el planteo de volver a Argentina. Yo había dejado de tocar el chelo y tenía la ca- beza y la energía puesta en otro mundo. Mientras crecía el embarazo
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