QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO V

136 Juan Carlos Bataller —¿Todavía no estabas con tu mujer? —No, nos conocimos después. A la Fabi la conocí en un cumpleaños, fui a dar una serenata. Quedamos en salir, le dije “el viernes salimos”. Y ese viernes me fue a buscar Gregorio Bustos, un viejo que recita y tenía que ir a dar una serenata, creo que a Los Berros. Me subí al auto y me fui, no fui a la cita. Así que después nos vimos de nuevo en un asado de la facultad, Bruno Giancola lo hacía y me habían llamado para tocar. Ella estudiaba arquitectura y ahí quedamos en salir. Y sali- mos esa noche, sin plata, sin nada. —¿Qué decían los suegros de la joyita que había llegado? —¿Querés que te cuente?, todo mal. Eran de otro nivel cultural. El manyín este y la nena estudiando a full. —¿Hiciste las paces con tus suegros? —Si. Mi suegra se murió, pero años antes de que se muriera hicimos las paces y estaba todo bien. Fueron muchas peleas y discusiones, con mi suegro también. —El tipo venía de las guitarreadas, de experiencias pesadas. —Venía tocando en los trenes en Buenos Aires, en Mendoza. Allá en Buenos Aires tocaba en los trenes, colectivos, en la peatonal. —O sea que ya en Buenos Aires empezaste. —Claro, la primera vez que fui artista callejero fue en un bar de Re- tiro. Después de eso me subí a los trenes. Me subía en Retiro e iba hasta Santos Lugares y tocaba dos temas por vagón. Eso me alcanzaba para llegar hasta Santos Lugares y estaba ganando 70 dólares. O sea, eran 70 pesos cuando estaba el uno a uno, y yo con 1,50 pesos comía. —¿Se puede vivir de la gorra en los trenes? —Sí. Lo que pasa es que era una mafia. Yo me tuve que bajar de los trenes, estoy hablando de 1993. Ya era una mafia. —En la época de Menem. —Te tenías que conseguir un padrino para poder laburar en los tre- nes, los vendedores ambulantes también. En la villa de Retiro estaban los tipos que manejaban todo. Vos a ese loco le tenías que pagar, po-

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