QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO IV
72 Juan Carlos Bataller dota. Un día, estaba en mi casa con mi mamá en la cocina, justo mi- raba por la ventana y venia pasando una rubia. Le dije a mi mami ¿le gusta esa chica? Ella respondió “muy bonita” y mi mamá me empujó para que concretara algo. —¿Era Mabel? —Sí, Mabel. La conocí por una amiga que vivía en el barrio, cuando hacían los eventos de los tés. Un día fui y estaban todos bailando. Eran las siete de la tarde. Fuimos a la cocina con amigos y había dos chicas. Tomamos el té y le dije: “bailemos”. Y a las ocho menos cinco le dije: “señorita, perdone pero me tengo que ir a trabajar...”. —¿Todo formal? — Por supuesto y después conocí a los padres. —¿Y dónde trabajabas en ese momento? — En Tribuna —¿Con Manolo Jordán? — Con Manolo, el gran reportero gráfico. Las anécdotas que hay de Manolo son increíbles. Recuerdo llegar tarde a tomar las fotos de un auto accidentado y volver a volcarlo, tomar la foto y ponerlo nueva- mente sobre sus ruedas (risas). —¡Qué distinto a los periodistas de hoy! —Ese es el verdadero reportero gráfico. No hay otra forma porque el reportero gráfico te tiene que dar lo que pasó. Recuerdo que una vez casi se muere Marisa Gil. Habíamos ido a cubrir un robo en la calle Laprida en una casa muy grande. De pronto, un tipo salió con todos los elementos entre la ropa. Vino la policía, lo agarra y lo meten al auto justo cuando yo estaba llegando. —¿Y qué hiciste? —Le pedí al jefe: “bájalo, hace dos pasitos más y después lo metes en el auto”. Y así lo hizo. Total, lo mismo se lo iba a llevar. — ¿Existe ese periodismo todavía? ¿Las nuevas camadas tienen esa pasión?
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