QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO IV
201 Qué hiciste con tu vida Un buen alumno que se portaba mal —¿Dónde cursaste la primaria…? —Uhh… ¡qué difícil va a ser explicarte! Bueno, lo intentemos. La primaria la empecé en la Escuela Sarmiento, frente a la plaza Laprida. Allí fui a primero, primero superior y se- gundo…Ahí me echaron. —¿Te echaron? Tenías ocho años… —Sí, por mal comportamiento. Yo era muy rápido. Terminaba mi tra- bajo antes que el resto y después me aburría. Molestaba demasiado a las maestras, me peleaba con los compañeros, esperaba los recreos y me agarraba a piñas con los demás. —¿Y qué hiciste? —Me fui a tercer grado a Don Bosco. ¡Me hice monaguillo! —¿Monaguillo? —Sí, daba misa con el padre Recio. Me acuerdo que estaba con el in- cienso y lo levantaba demasiado y me decía el padre: no lo levantés mucho que vas a asfixiar a la gente. Y después ponía la bandejita para que saquen la lengua los feligreses para salvarse con la hostia. —No sos muy ortodoxo cuando hablás de cuestiones eclesiásticas… —Yo tenía mucha memoria visual. Tal es así que cuando regresaban, le decía al padre Recio: “este está por segunda vez aquí, parece que está muy preocupado por salvarse…” —¿Completaste la primaria en Don Bosco? —No. También me echaron…Un día me robé más de sesenta hostias, listas, ya preparadas para la misa. —¿Y para qué robaste hostias? —Me las robé y me las comí, tenía hambre. El cura se enojó ya que no podía dar misa porque habían desaparecido las hostias. Empezó a in- vestigar quién se las había llevado hasta que le dije: “No investigue más padre, me las comí yo”. Y me echaron. Pasé a cuarto grado a la Sarmiento de nuevo.
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