QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO IV

191 Qué hiciste con tu vida cuando dejé el hockey. Fue muy duro porque mi vida siempre fue entre las 18 horas y hasta la 1 de la noche hockey. De un día para otro, después de que vine de dirigir en de Europa, estuve un año con eso y no dirigí más. Se me hizo muy duro, porque eran las seis de la tarde y ya estaba en mi casa. Y uno de mis hermanos, que es socio del Club Sirio Libanés, me dijo “te vas a venir conmigo”. Me lleva toda las tar- des, juego al dominó, estoy aprendiendo. Ahí me junto con un montón de amigos del hockey, del trabajo y de la vida. Así que me quedo desde las siete de la tarde como hasta las nueve y media con un desen- chufe total. Y por ahí me invita mi hijo con mi nieto a ver algún par- tido de hockey y me prendo. —¿Estás contento con todo lo que has hecho?, ¿has sido feliz? —Sí, muy feliz. Si tuviera que nacer lo haría igual porque hay cosas muy especiales. Uno sale a la calle y le dicen “eh, Miguel”. Uno recibe mensajes de afuera, te consideran ¿Y por qué será? Un amigo, el “Nene” Allende dice “uno cosecha lo que siembra”. Es tan lindo. —¿Estás contento incluso de haberte quedado en Argentina siendo español? —Sí, muy contento, porque España lo viví tres años, ni me acuerdo. Soy muy orgulloso de ser argentino a pesar de todo. Estoy orgulloso porque tengo una familia maravillosa, es uno de mis orgullos más grandes, haber formado una familia como quería. Solo me queda agradecer. —Si te pido una canción para cerrar esta charla, ¿cuál sería? —¿Moderno? —Lo que a vos te guste, eso habla de vos. Puede ser desde el fla- menco, a lo que sea. —Hay una canción que yo siempre escuché mucho en mi casa y que hace muy poco, que fue el Día del Inmigrante, la volví a escuchar. Es una de las canciones que más emociona a mi madre. Es “El inmi- grante”. Uno se emociona mucho. A pesar de que yo de España ni me acuerdo, no sé si es la sangre, cuando uno escucha flamenco, las pal- mas, se te pone la piel de gallina.

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