QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO IV

182 Juan Carlos Bataller flamenco, todos al Súper. ¡Ahí se armaba un cante! Sansierra estuvo ahí, en el contorno de los dos locales, tomando vino de la bota. —Estamos hablando de monseñor Sansierra, obispo de San Juan. —Exactamente, tiene mucha historia. —Realmente fue una época especial. Siempre lo cuento, uno salía a la calle y veía a los italianos con sus toscanitos, escuchaba hablar en árabe, en dialectos de Italia. Era un mundo de inmigrantes. —Y en el club Olimpia estaba la cancha de trinquete en el fondo, ahí jugaban los valencianos. Ahí aprendí a escucharlos a ellos y a jugar al trinquete. —De pronto ustedes fueron muchos hermanos. Siempre digo que sos un ejemplo de trabajo, has trabajado mucho y empezaste muy chiquito —Sí, yo empecé a trabajar a los 6 o 7 años. Cuando vivíamos en San- tiago del Estero y Santa Fe, en calle Mitre y Santiago del Estero había una panadería de un paisano de mi padre. Ese fue uno de mis prime- ros trabajos. Luego, cuando vivíamos en la General Acha, mi madre hacía churros y yo los repartía. Después frente a mi casa estaba don Evaristo Alés, que tenía la empresa Del Plata. Tenía cuatro micros, cuál de todos más bonito y yo iba, hacía alguna cosa, estaba con ellos. Teníamos muy buena relación. Después trabajé con El Porteñito, in- cluso en la época en la que se produjo ese gran incendio. En los dia- rios salió que uno se cayó en el toldo de La Familiar, que era un café, ese fui yo. —Te largaste por el incendio. —Claro, salí por la ventana, había una cornisa, me subí ahí y me lar- gué. Era día domingo y en esa época corría en patines. Me había ido con los patines y las zapatillas en los bolsillos. Entonces llegaba, me ponía las zapatillas, dejaba los patines y nos poníamos a trabajar. Eso fue en una víspera de navidad, porque el mesón de todos los petardos y cohetes fue lo que provocó el incendio. Y yo trabajaba en el cotillón. —Me acuerdo que los Sambrizzi también tenían el negocio y que se les quemó.

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