QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO IV
159 Qué hiciste con tu vida nido en una aeronave y te digo que cuando nosotros entramos en la nieve fue un instante, ni siquiera un abrir y cerrar de ojos, más rápido que eso, estábamos quietos, tumbados a 90 grados y con todo quieto como si no hubiese pasado el tiempo. Si yo me mataba no me daba cuenta. Estoy seguro de eso porque no pasó el tiempo, fue “guarda guarda que entramos” y listo, todo quieto. “¿Estamos bien, todos bien? Bueno, a salir y apagar la tubera de escape porque salía humo. Yo decía “se llega a prender fuego esto”. —Lo primero es salir. —Salir, agarrar el matafuego, tirárselo a la tubera de escape y después por supuesto prender un pucho, en esa época yo fumaba. “Seis pu- chos me quedaban, a qué hora me van a venir a buscar por Dios”. Prendo el cigarrillo y le doy una pitada después de ese accidente ima- ginate, me ahogué porque estábamos a 4.000 metros de altura, casi me muero. No me entraba el aire. Dije “que matraca, me voy a morir del pucho y no me maté por el golpe”. El susto que me pegué fue enorme. Yo era un fumador de treinta puchos por día, me olvidé. Durante los nueve días ni se me pasó por la cabeza del susto que me pegué. —A su vez no tenían comunicación con San Juan. —No. Se rompió la caja de audio, las antenas, pasaban esa misma tarde los aviones de la Cuarta Brigada de Mendoza pero no había forma de comunicarse y ya estaba totalmente cubierto. Ellos no nos veían y yo los escuchaba nada más. Y lo único que teníamos era una broadcasting, te acuerdas la Tonomac 7 Mares, que venía con el mapa- mundi y los husos horarios. Y con eso alcanzábamos a escuchar las dos radios de San Juan, las AM en esa época. —Claro, tenían gran alcance en ese tiempo, sobre todo Colón. —Colón, si, escuchábamos a la noche. Durante el día no se escucha- ban las radios de acá, se escuchaban las chilenas. Por ahí largaban una noticia nuestra. En un momento estaban en Salamanca, un grupo de rescate que decía que estaban detrás de nosotros pero sabíamos que era imposible llegar porque la tormenta no los dejaba ver. O nevaba copiosamente o había viento blanco y el viento blanco es tremendo. 34 grados bajo cero hicieron.
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