QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO IV
158 Juan Carlos Bataller pante. Yo lo único que pude advertirles fue “agárrense porque vamos al piso”. Es un descenso más rápido de lo normal y te ves venir el piso. El problema era que en esa época nosotros teníamos un helicóp- tero, para que tengas una idea, teníamos 420 caballos de fuerza y está- bamos limitados a 317 por la transmisión. —¿Era un Bell? —Un Bell 206 chiquito. Hoy trabajamos con 1.110 caballos de fuerza, para que tengas idea de la diferencia, entonces estábamos muy limita- dos, muy jugados. Es impensado hoy hacer ese trabajo con el helicóp- tero con que lo hacíamos y era lo que teníamos. —Yo anduve en Bell y una vez al lado nuestro iban dos Lama de fa- bricación militar y fue un Lama el que se cayó, se lo chupó la mon- taña. —Cuando te agarra una corriente descendiente como esa, imaginate que la sensación es te quedas en el aire, vos suspendido, como per- sona, y el helicóptero baja. O sea, te levanta del asiento. Si no estás bien agarrado pegás contra el techo. —Dicen que en una caída son tres golpes los que siente el piloto. Uno es el impacto contra el suelo pero después los órganos sufren internamente y otro dentro del avión, de la cabina. —No, en realidad fue muy extraño. Es el único accidente que he te- ● “Cuando caímos con el helicóptero yo lo único que pude advertirles fue “agárrense porque vamos al piso”. Es un descenso más rápido de lo normal y te ves venir el piso. Ni siquiera un abrir y cerrar de ojos, más rápido que eso, Si yo me mataba no me daba cuenta.”
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