QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO IV
153 Qué hiciste con tu vida es piloto. ¿No te gustaría ser piloto?”. Yo nunca había volado y él tam- poco. Y bueno, le preguntó y el fin de semana estábamos en una es- cuela de vuelo. Así empezó la cosa. —¿Cómo fue? —Nunca había volado y la verdad es que me impresionó, me impactó. 17 años tenía y me encantó. Me descompuse el primer día porque fui con los papeles, el psicofísico y todo lo demás. Pensé “un año de teo- ría y después recién me van a subir a un avión”. Le entrego los pape- les a un señor, un instructor, López Camero se llamaba, un señor grande y me dice: “vos a este avión y vos a aquel otro”. Cuando dijo eso se me aflojaron las piernas. Yo no iba preparado para volar. Me es- tuvo explicando media hora hasta que salimos. En un momento, yo iba adelante, en un avión P11, él atrás y me golpeó la espalda “aflójate que estamos en el aire”. Cuando me aflojé y miré para abajo casi me muero. Y bueno, pero fue ese primer día, ya después nunca más tuve problema. Fue impresión. —¿Es lo mismo ser piloto de avión que de helicóptero? —No, el helicóptero requiere de mucho más sentido común, requiere mucho más análisis de parte del piloto. Todo depende del piloto. En el avión no, en el avión vos tenés una torre de control que te dice dónde está el viento, cuál es la cabecera, cuáles son los tránsitos. El que sabe volar avión no sabe volar helicóptero y al revés, son cursos totalmente distintos. Las responsabilidades son las mismas. —El avión planea, cosa que en el helicóptero es más difícil. —O sea, la relación de planeo es mucho menor. Planea pero es mucho menos. Sobre todas las cosas, el apoyo que tiene el helicóptero de- pende del criterio del piloto siempre. Vos vas a algún lugar, no tenés dos cabeceras para decidir dónde está el viento y en base a eso actuar. Sino que tenés que decidir vos, tenés que decidir el lugar, la tierra, los árboles, los cables. Hay muchas cosas a tener en cuenta. —Antes de entrar en eso, vamos al Gallardo persona. ¿Te casaste en San Juan? —No, me casé en Buenos Aires. Vine con mi hijo más grande cuando él tenía casi un año.
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