QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO IV
132 Juan Carlos Bataller tenían en la currícula, pero no sabían cómo implementarlo. En ese lapso, tengo de acompañante a Waldo Belloso, un músico fantástico, esposo de Zulema Alcayaga, que es la que escribía los textos para Margarito. Yo entro como suplente en la compañía. Íbamos rotando a veces los roles. Fue una etapa fantástica, embromada por una cuestión política de la época, así que había que ser muy cuidadoso en los tex- tos, pero esto que tenía que ver con el folclore para el niño, era sano. Como habian pocos canales de televisión, se vio en todo el país. —Estamos hablando de los años 70… —Sí. Íbamos a las provincias. Vivíamos mucho en aviones. Y si íba- mos al interior de Buenos Aires, viajábamos en una combi. Me acuerdo de haber llegado y hacer las presentaciones en estadios y la gente venía dos horas antes para hacer la cola para ingresar. Yo sentí lo que es una multitud cuando se abrían las puertas del estadio y era impresionante el ruido de la gente ubicándose. Yo conservo recuerdos preciosos de esa época. La vuelta a San Juan —Pero un día Rodolfo volvió a San Juan... —Yo volví a San Juan por una cuestión no muy grata. Mi madre se en- ferma y se vuelve San Juan y yo sigo con mi carrera, sigo estudiando, ● ”Soy el primer sanjuanino que egresa de la carrera de Expresión Corporal, algo totalmente novedoso que en las escuelas lo tenían en la currícula, pero no sabían cómo implementarlo”
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