QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO IV

129 Qué hiciste con tu vida ese colegio paso después a una escuela del Estado y ahí fue bastante embromado en los primeros grados. —¿Qué pasaba? —Mi padre tenía un cargo público importante en el Consejo de Re- construcción de San Juan. Por lógica, lo primero que hacen es nom- brarlo presidente de la cooperadora, porque como toda escuela a veces necesitaba que se arreglen cosas o que se poden árboles, y ve- nían los obreros a arreglar todo eso. Había pequeñas casitas por la calle Corrientes, por General Acha. En toda esa zona había muchos vi- ñedos con chicos muy humildes. Yo soy de la época en que no existía la calefacción, los chicos llevaban las brasas desde las casas agarradas con un palito. Es decir que fui un chico de una escuela en la que so- cialmente no encajaba. Yo era para ellos, un chico distinto y ellos para mi eran distintos. Yo no podía llevar una golosina porque los tenía a mis compañeros pidiéndome caramelos, un pedazo de sándwich y me decían “convidame”. Cuando llevaba dos alfajores terminaba dándo- selos. —¿Te quedó algún amigo de esa época? —Conocidos, de grande, algunos. Pero había una diferencia muy grande. Yo la sentía y tampoco me interesaba entrar en esta cosa. De hecho me cambiaron de escuela. Estuve un año y en quinto grado, era muy chico, fallece mi papá y de ahí te sigo contando donde hice la se- cundaria. Tenía que entrar a una escuela, fui a la de Comercio y cuando me recibí tomé el título y lo dejé ahí en la mesa: Perito Mer- cantil Nacional. Nunca lo usé. Las ganas de irse —Ya sabías lo que querías. Estabas más para el lado del arte que para los deportes… —Absolutamente. Tenía que tener la secundaria terminada para volar de San Juan. —Ah… querías irte de San Juan…

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