QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO III
192 Juan Carlos Bataller —¿Jugabas al fútbol? —A ver, pienso que en algún momento debo haber tenido expresiones afeminadas, pero nunca me sentí excluido o burlado. Era bastante indio. La hice rabiar mucho a mi madre, muchísimo. Viste cuando sos grande y decís, “no, ¿qué hice?”. Y ahí entendés de repente las broncas que pasaba. Era mamá y papá, trabajaba, hacía de comer, limpiaba la casa. Aunque vio el lado conveniente por mi parte, porque en un mo- mento empecé a tender las camas, a pasar el lampazo, barrer, regar, planchar y esperarla con el mate listo. Por ahí es donde uno amortiza, cuando uno es mariquita y chiquito y empieza a hacer los quehaceres de la casa, y la madre empieza a mirarte con ojos más cariñosos. —Hoy a cualquiera lo hacen cocinar, no te digo planchar. —Hoy sí, es natural. En aquella época no, era como la expresión ya marcada, pienso. Pero nunca me sentí discriminado, burlado. —Pero jugabas al fútbol… —A los 14 años me fui a la Marina, estuve en la Armada 6 años. Ahí me enamoré por primera vez de un compañero, ahí confirmé que era homosexual. —¿A los 14 años? —Un poquito más. A los 14 me fui, estuve un par de años, me dieron destino y ahí sucedió. Ahí me di cuenta que era algo sentimental. Hasta ahí nunca me había pasado nada. Siempre había salido con chi- cas y estaba de novio. Y nada, una vida convencional. Si sentía dentro de mí que algo me pasaba con los varones, había algo que me llamaba ● “A los 14 años me fui a la Marina, estuve 6 años. Ahí me enamoré por primera vez de un compañero. Ahí confirmé que era homosexual.”
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