QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO III
179 Qué hiciste con tu vida dido diversificar la cuestión empresaria, en algunas partes minera, la parte turística, la agrícola, la construcción. Entonces, si uno ve que se están realizando muchos sueños y ambiciones, porque se han dado las oportunidades y también porque uno ha hecho su aporte, entonces tiene que decir que es feliz. —¿Extrañás a alguien? ¿Alguien con quien te gustaría hablar si pu- dieras volver atrás? —Mi padre murió muy joven pero era un interlocutor fantástico. Murió de 59 años. Pobrecito, iba a una cirugía, le hizo mal la anestesia y murió. Mi madre murió a los 91 años y se podía hablar con ella de las cosas simples pero profundas. Y mirá, es tanto que durante treinta años he viajado tres a cuatro veces mensuales a Buenos Aires, docenas de viaje al exterior. —Casi sos socio de las aerolíneas. —Fijate que una de las cosas que puede marcar la felicidad fue que decidí no quedarme a vivir en Buenos Aires, no obstante tener a dónde y tener motivos y muchas posibilidades de mayor éxito econó- mico que acá. Sin embargo preferí quedarnos acá, tal vez porque yo le reclamaba a mi padre, un poco en chiste que por qué se bajó del tren cuando terminó la línea. Podría haberse bajado en Brasil cuando el barco paró allá o en la pampa húmeda, pero llegaron acá al desierto. ¿Qué quiere decir? Que la felicidad de la vida uno la construye en el lugar que le toque. —Te gusta la música. —Sí, muchísimo. —Hacé de cuenta que termina el programa y nos despedimos con una canción. ¿Cuál sería tu fondo musical? —Hay unas últimas canciones de Mario Álvarez Quiroga con letra de autores españoles. No recuerdo los nombres ahora. Hay dos o tres, fantásticas, que hay que escucharlas porque tienen unos mensajes fan- tásticos. Las letras son de hace un siglo pero acá en San Juan tenemos temas muy lindos. “Volveré siempre a San Juan” podría ser, ¿no?
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