QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO III

178 Juan Carlos Bataller —Vos mencionaste a Leonardo, él también tuvo actuación pública y en una etapa difícil para el país, le tocó negociar con bastante éxito junto al equipo de Lavagna. —Fue prácticamente el que escribió la letra chica de la negociación de la deuda. Él salió del ministerio con una mano atrás y otra adelante, hablando de las cuestiones de los funcionarios, y fue de tal confianza que lo querían nombrar representante argentino ante el Banco Mun- dial, el Fondo Monetario Internacional y demás pero bueno, él se quedó trabajando. Es de perfil bajo pero de una inteligencia extraordi- naria. Lavagna confiaba absolutamente en él. Fue un papel fantástico. Algún día el país le reconocerá a él ese trabajo, donde se ahorró 52 mil millones de dólares el país, no muy elegantemente pero era la única forma de salir del default. —Monir, algo que por ahí llama la atención. Ese espíritu de los in- migrantes, que se prolongó en la generación argentina nacida acá, es como que de pronto se desinfló. —Bueno, yo tengo la misma inquietud. Precisamente le preguntaba a la rectora de la Universidad Católica, una vez en el aeropuerto. La Ar- gentina fue en la primera mitad del siglo pasado un país fantástico, creció de la mano del crisol de razas, fue ganadora de la guerra mun- dial entre comillas porque no tuvo nada roto, no tuvo muertos, estaba llena de oro por la venta de alimentos, teníamos muy buen índice de alfabetización, éramos octava economía del mundo. ¿Qué pasó?, ¿dónde está Argentina, la envidia del mundo? Y me dijo “no sé, hubo unas cuestiones políticas que se dedicaron más que nada a otorgar de- rechos y se olvidaron de las obligaciones”. Entonces todavía estamos padeciendo esta cuestión de que todos tienen derechos y nadie tiene obligaciones... —Vamos llegando ya al final. El programa se llama “¿Qué hiciste con tu vida?” Es casi un libro en tu caso pero, ¿has sido feliz? —Y sí, yo creo que sí. No hay una escala matemática para medir la fe- licidad. Tiene momentos, la felicidad tiene apreciaciones personales pero creo que sí. De acuerdo a la escala de valores que uno mamó en la primera mitad del siglo pasado, que es la moral, la familia, el tra- bajo, el esfuerzo, yo he logrado ir haciendo todo eso. He tenido la suerte de que se me han dado también algunas oportunidades, he po-

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