QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO III
176 Juan Carlos Bataller sobre todo se recurre para redistribuir rápidamente el trabajo. —Sí, la verdad es que el éxito empresario local me permitió inmedia- tamente, me invitaron y me afilié a la delegación local de la cámara. Me acuerdo que Doviansky fue quien me invitó, de la empresa Walter Melcher, una persona fantástica. Tuve una participación muy activa dentro de la cámara y eso me llevó a Buenos Aires y allá a los pocos años ya era miembro del directorio, del consejo ejecutivo de la Cá- mara. Después, la Cámara tenía era una mala relación con el gremio de la UOCRA y se habían desprendido diez años antes las 4 o 5 em- presas más grandes del país y formaron otra Cámara paralela, que se llamaba Unión Argentina de la Construcción. No había cómo conciliar esos dos elementos, las grandes empresas y el gremio. Pensaban que yo podía ser una persona de conciliación y era la primera vez, y no volvió a pasar, que un miembro del interior pasaba a ser presidente. Efectivamente fui un par de años vicepresidente y me pidieron si podía ser presidente desde 1991 y durante cinco años. Conseguimos unificar a las empresas y mejorar totalmente, y hasta ahora sigue una muy buena relación con el gremio de la construcción, la UOCRA. —Ahora generalmente la Cámara Argentina de la Construcción, los constructores en general, terminan muy ligados con los gobiernos de turno, ¿no? —Hay dos partes fundamentales, quienes hacen obra pública y quie- nes hacen obra privada. Sí uno, lamentablemente, tiene que reconocer que en los últimos años se acentuó algo que en otros países se llama lobby. Es acotado, un regalo que lo hicimos todos, una caja de vino a fin de año para los funcionarios. —Es algo transparente. —Es otra cosa, totalmente transparente. Pero acá empezó una etapa muy complicada en donde era muy difícil competir, se seleccionaban las empresas y se hacían los grupitos. Lo estamos viendo diariamente y para uno es una vergüenza, tanto que yo en este momento estoy ha- blando con muchas empresas más para ver si recuperamos un poco el prestigio de la Cámara porque se ha perdido, ha quedado totalmente comprometida. Yo soy presidente honorario desde el año 2006, el único presidente honorario que tiene la Cámara en el país, lo cual es un orgullo por supuesto. Eso me da un lugar y sigo asistiendo a las
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