QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO III
128 Juan Carlos Bataller cuando las ve de niño. Entonces, yo entraba a salones gigantescos, en la casa de esta mujer, de piso de madera tirada, que eran como lonjas, y tenía cuatro caballetes en las puntas. En uno nos enseñaba carboni- lla, en otro acuarela... era una cuestión mágica. Ir a estudiar a esa sala tenía un valor incalculable para mí, por el solo hecho de respirar ese aroma de arte. —A partir de los sentidos nace el arte... —Ahí uno entiende qué olor tiene la carbonilla, qué olor tiene la fruta de la composición de la naturaleza muerta que te ponían para que vos dibujaras. Y ahí viene todo. Me acuerdo con mucha calidad de los rayos de luz que entraban por ese estudio, que dibujaban “oblicuali- dades” en el espacio, que a mí me sorprendían. Entraban por las per- sianas a 40 y 50 grados y a mí me cautivaban. Eso sirvió para mi formación después. —Y ahí empieza a nacer tal vez el arquitecto. —Yo creo que sí. Después de dibujar y de empezar a tener esa capaci- tación en el dibujo, llamale cercano a lo que significa el arte, empieza toda una inquietud para expresarme a través del dibujo, era mi len- guaje. Después aparecen otros lenguajes, porque a mí me gusta escri- bir pero el lenguaje del dibujo fue mi primera herramienta de comunicación. Entonces, dibujar, dibujar, dibujar, dibujar, un día em- pecé a dibujar casas, un día empecé a jugar a las casitas como todos los niños y yo digo que estaba tan entretenido, que no me di cuenta ● Está casado con Adriana Correa con quien tiene dos hijos: Juan Facundo que es piloto de avión de Aerolíneas Argentinas, y María Julia, que trabaja en Aeropuertos 2000.
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