QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO III

107 Qué hiciste con tu vida jera. Fuimos aprendiendo todas las palabras sin que alguien nos ense- ñara. Buongiorno, buenos días, de las dos maneras nos saludaba. —¿Cómo era tu padre? —Mi padre hablaba con la jerga cocoliche, siempre enojoso, rabioso, siempre estuvo en un estado de furia. —¿Algún coscacho te ligaste? —De mi padre, nunca. El coscacho más duro de él era un gesto en la boca, con mis hermanas temblábamos. Este gesto lo hacía porque mi padre, viajando en tren en la Segunda Guerra Mundial, se le congeló la mitad de la cara y tenía un gesto más endurecido. —Y tu mamá... ¿cómo se manejaba con tu padre? —Mi madre era muy tranquila, le ponía mucha soda. —Tu padre fue el propietario de los 8 billares, que llegaron a ser una institución en parte de Rawson —Los típicos habitantes de Rawson es dudoso que no hayan pasado a jugar al metogol o a los billares. El lugar era muy grande, ocupaba una media manzana, tenía frente a tres calles. —¿Es cierto que el bar 8 billares era un punto de encuentro donde podía ir una persona que tenía una empresa y de repente a lado tuyo había uno que salía de la cárcel? —Sí, totalmente. Era un lugar donde iba la gente de la zona, todo el mundo asistía porque podías jugar en billares de 1900, se hacían cam- peonatos. Los fines de semana como mínimo habían 350 personas. Era un lugar donde pasaba todo San Juan. —¿En Rawson hiciste la secundaria? —Sí y también la universidad. Yo le ayudaba a mi padre en el bar jue- ves, viernes y sábado, iba a las 8 de la noche y me quedaba hasta las 4. —En ese momento eras estudiante ¿tu padre sabía que ibas a ser un profesional y que no ibas a ser el heredero de los 8 billares? —Lo sabía. Mi padre no esperaba que ese fuera nuestro destino, lo to- maba como un lugar donde ingresaba dinero. Mi padre al tiempo

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