QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO II
54 Juan Carlos Bataller vaba en mente conquistar Tucumán. —¿Y cómo lo ibas a conquistar? — Haciendo lo que yo buscaba. Me habían dicho que allí en Tucumán vivían unos señores que eran fotógrafos muy famosos que tenían va- rios premios internacionales. Uno de ellos era Edmundo Font y yo lle- vaba la ilusión de conocerlos y se me dio la cuestión. Los conocí, ellos me vieron joven, me vieron entusiasmadísimo, dispuesto a capaci- tarme, dispuesto a buscarle la vuelta y me dieron oportunidad. Con lo que confirmé que todos encontramos una gran oportunidad en algún sitio cuando nos vamos. Y bueno, allí empezó mi carrera porque me di el gusto de ser corresponsal, como en las películas. Tucumán estaba que ardía en ese tiempo. Me daban una cámara impresionante de grande. Era una Linhof con placa que disparaba doce fotos. Salir a una manifestación con doce cuadritos era como que te ponía una op- ción de editar en camara, de hacer los doce cuadritos o hacer uno o dos que sean “los cuadritos”. —¿Aprendiste de laboratorio también? — Bueno en realidad fue al revés. Empecé a practicar de laboratorista, que en ese tiempo se trabajaba con productos químicos, líquidos para revelar el papel fotográfico y la película. Empecé de ayudante y des- pués salía a la calle. Además me escapaba en las siestas y atendía la radiofotos. Eran siestas de 50 grados a la sombra, en ese tiempo no había aire acondicionado yo atendía la radiofotos en el diario. —¿Cuál era el diario? —La Gaceta de Tucumán —Era un diario importante en el país. —Sí, el más importante del norte. A veces ocurría que a la siesta había una manifestación y había represión y corridas. —En ese tiempo en La Gaceta ¿no estaba Gracia Hamilton, el autor de Cuyano Alborotador? —E xacto, mi amigo José Ignacio. Cuando fui a vivir a Tucumán él era un chico joven, prácticamente como yo. Ibamos al rio a la siesta y José Ignacio ya tenía vocación de escritor. Era un tipo serio, para ser tan
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