QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO II
36 Juan Carlos Bataller tro meses, cuando empecé a caminar. —Has tenido que luchar con muchas cosas —Sí, todos los días. Todo me cuesta, nada es fácil, no soy una mujer de suerte. Pero si soy una mujer de fe y una mujer de mucho laburo de todos los días. — Tenés una voz espectacular —Dios siempre compensa. Por eso la gente que dice “no yo no tengo nada”, hay que ver algún potencial que por ahí no le hemos visto. Siempre la balanza se equilibra. Con el trabajo, con los dones y la fuerza de voluntad. —Las alternativas también se presentan, una alternativa es decir “yo no puedo, tengo tal problema” y la otra es decir “yo sí puedo y voy a enfrentar esto” —Es cierto. Problemas tenemos todos en mayor o menor medida. Te- nemos lo más valioso que es la vida, yo amo la vida. —¿Cómo fue tu niñez? —Y... difícil. Iba a la escuela Pérez Hernández, siempre me gusto es- tudiar, leer. Fui muy buena alumna y tenía mucho tiempo libre, no hacia otra cosa. —¿Pero podías jugar con todos los niños? —No, mi madre desde jardín de infante hasta séptimo grado, me lle- vaba a la escuela y se iba al auto a tejer. Luego sonaba la campana, en- traba de vuelta a la escuela y me sacaba al recreo para que yo viera jugar a los demás chicos y me volvía al aula. Todos los días, todos los años hice esto y me ayudaban a caminar por un tropiezo o un empu- jón en el recreo. Un día me pegaron con un guante y me quebré el dedo meñique. Con los años y con los cambios hormonales de las edades, la enfermedad avanza o se estanca y se fortalece el sistema óseo. A mí se me fortaleció un poco. Además uno aprende a vivir y a cuidarse. —La fuerza de voluntad la vi cuando fuiste jurado del concurso de “La Ventana”. Ibas con andador, muletas, pero ibas. No te quedabas
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