QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO II

183 Qué hiciste con tu vida nos preguntamos ¿cómo pudo ser? ¿dónde estaba esto? Qué lindo, que tierno”. —¿Y cómo siguió? —Mirá las casualidades de la vida, a los tres meses nos encontramos en la Secretaría de Deportes. Yo dije “Ja, ¿otra vez?”, y ahí nos empe- zamos a conocer. Hoy, después de tanto tiempo, luchas e idas y veni- das, no estamos juntos. Fue el gran amor de mi vida. —Imagino que tu gran exposición habrá hecho difícil la relación pública. —Por ahí cuesta, eso jugó mal en la relación que teníamos anterior- mente. Yo estaba muy expuesta y no pasaba desapercibido con quien estaba. Él me acompañó mucho en eso, por ahí nadie se bancó cuando salí en el carnaval, las plumas y el body painting con la edad que tenía. Son cosas que ni a él ni a mi familia les gustaron. Él decía “no es lo que más me gusta, pero bueno…si te hace feliz”. Él soñaba con una rubia gringa (risas), pero nunca se pensó con un personaje tan desor- bitado como éste. Hoy, por circunstancias de él y de la vida, decidí quedarme sola. Hoy elijo paz, armonía y por sobre todo respeto. Apuesto a encontrar un compañero leal, honesto y sincero. Clases en el Penal —Estuviste dando clases en el Penal ¿Cómo fue esa experiencia? —Fue una experiencia que vino en el momento ideal porque yo recién estaba llegada de Buenos Aires. Eran 14 años sin estar en San Juan, ningún gimnasio me abría las puertas y estaba muy limitada para tra- bajar. Fue un premio que me dieron desde la Secretaria de Deportes. El fitness nunca llegó a la cárcel, era mi posibilidad. Era una prueba piloto y fue la única en ese momento que se llevó adelante en Argen- tina. Fue un desafío porque yo quería enseñar aerobox y al principio me dijeron las guardiacárceles que era una locura porque las iba a preparar a las internas y se pondrían más agresivas. Yo lo presenté como un deporte, es una disciplina más que ayuda a liberar todo tipo de tensiones. Al principio le tenía que hacer foco a una interna que era

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